El escándalo en la Anses por las operaciones millonarias en el contrato de seguros para otorgar créditos a jubilados, detectado por el saliente titular del organismo, Osvaldo Giordano, derivó en una denuncia contra el expresidente Alberto Fernández, quien rompió el silencio y salió a defenderse de la acusación.
Alberto Fernández intentó despegarse del caso al sostener que “nunca” pidió por la contratación de intermediarios que le son cercanos, como Héctor Martínez Sosa.
No obstante, no fue tan tajante al referirse a su secretaria María Cantero, esposa del broker aludido.
“Dudo que ella haga una cosa así; si lo hizo, no lo avalo; ninguno te va a decir que pedí por alguien; yo lo dudo, pero no puedo garantizar que ella no haya hecho una cosa así; si fue así, se extralimitó”, dijo el expresidente sobre su asistente histórica y esposa de su acreedor.
Fernández aceptó un vínculo de amistad con Martínez Sosa, aunque negó que haya hablado con él sobre sus contratos con el Estado.
“No se trata de un Lázaro Báez”, lo defendió el expresidente a su amigo, a quien, según reprodujo el diario La Nación, lo definió como uno de los productores de seguros más grandes del país y recordó que tuvo negocios con la gestión de Mauricio Macri.
Clarín, quien dio a conocer en exclusiva el caso, reveló además festejos de entre el hombre de los seguros y el expresidente en los inicios de su mandato.
No obstante, sostuvo que al esposo de su secretaria hace “uno o dos años” que no lo ve. Fernández y Martínez Sosa se conocen hace cerca de 30 años, de cuando el propio expresidente tallaba en el mercado de los seguros: durante el menemismo fue superintendente del área, uno de sus primeros cargos públicos.
El expresidente también dejó trascender que no tenía buenas referencias de Pablo Torres García, otro broker involucrado en la trama. Y negó que haya participado de una reunión entre Martínez Sosa y Alberto Pagliano, presidente de Nación Seguros y allegado tanto al bróker como al exmandatario.