No desayunar puede tener diversas consecuencias para la salud, y a pesar de que en los últimos años se ha enfatizado su importancia dentro de las dietas, algunas personas aún subestiman los efectos que esto puede tener en el cuerpo.
No tener energía
La falta de desayuno puede resultar en una sensación de cansancio y somnolencia durante el día, lo que afecta el rendimiento físico y mental. Simplemente tomar café con galletitas no es suficiente, ya que el desayuno debe proporcionar al cuerpo una combinación adecuada de alimentos ricos en nutrientes esenciales para funcionar de manera óptima.
Sube el nivel de la glucosa en sangre
La ausencia de desayuno puede afectar negativamente los niveles de glucosa y la concentración de insulina en el cuerpo. Esto puede ser especialmente preocupante para aquellos con factores de riesgo de diabetes. Un estudio de la Universidad de la República de Montevideo sugiere que la falta de desayuno, o su sustitución por opciones no saludables, puede contribuir al aumento de glucosa y afectar a otros síntomas y condiciones.
Sufrir estrés y cambios emocionales
También puede dar lugar a una falta de nutrientes, lo que podría contribuir a descontroles emocionales. Estos desórdenes emocionales, a su vez, podrían estar relacionados con una posterior ingesta excesiva de alimentos, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid.
Por lo tanto, si se experimentaron emociones descontroladas que afectan al trabajo o la vida familiar en los últimos días, puede ser beneficioso revisar la dieta. Además, incluir en el desayuno alimentos que estimulen la producción de serotonina, como chocolate amargo, banana y aguacate, puede ser apropiado.
Tener ganas de comer
La falta de desayuno puede contribuir al aumento de peso debido a la sensación de ansiedad que provoca. Aunque inicialmente puede parecer que se ahorran calorías al omitirlo, esta decisión puede llevar a excesos más tarde, ya que se experimenta un deseo insaciable de comer.
La ansiedad y los antojos pueden resultar en una ingesta de alimentos poco saludables y en porciones más grandes, lo que contribuye al aumento de peso a largo plazo. Mantener una alimentación equilibrada desde la mañana puede ayudar a controlar el apetito y a evitar la sobreingesta más adelante en el día.
Defensas bajas
La nutrición proporcionada por el desayuno juega un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Por lo tanto, omitir esta comida puede debilitar las funciones, haciendo que el organismo sea más susceptible a las infecciones.
Problemas digestivos
Se especula que las digestiones lentas y el estreñimiento pueden ser consecuencias de no desayunar. Aunque hay muchos factores que pueden influir en su desarrollo, se sugiere que la falta de nutrientes al omitir esta comida principal podría ser un factor desencadenante. Sin embargo, no hay evidencia científica sólida que respalde esta afirmación.
Es esencial incluir fuentes de fibra dietética, ácidos grasos y agua en el desayuno para regular las funciones intestinales y favorecer la expulsión de desechos del cuerpo. Esta combinación también ayuda a regular el pH de la flora bacteriana y reduce el riesgo de problemas como la gastritis e indigestiones.
Problemas cardíacos
La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard indica que los hombres que no desayunan tienen hasta un 27% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o enfermedades coronarias graves. Se sugiere que omitir el desayuno puede contribuir al desarrollo de condiciones como diabetes, obesidad, colesterol alto e hipertensión, todos los cuales impactan directamente en los riesgos para la salud del corazón y el cerebro.