Tras festejar la conquista de la Copa de la Liga con Estudiantes, Tiago Palacios quedó en el centro de la tormenta por chocar con su vehículo en una estación de servicio en estado de ebriedad (1.84 gramos de bebida en sangre). Una mujer, supervisora de la estación de servicio, resultó herida tras lo ocurrido y el jugador pasó la noche detenido.
Esto eclipsó el festejo y Eduardo Domínguez había expresado que "tuvo la valentía de pedir perdón" y que "él sabe que se equivocó". Ante esto, el entrenador no los tuvo en cuenta tanto a Palacio como a Eros Mancuso, pero de igual manera viajaron con el plantel a Bolivia y el entrenador explicó las razones: "Vinieron con nosotros porque somos familia y tenemos que contenerlos".
"Nosotros no vamos a condenar a nadie, pero cada accionar tiene su consecuencia. Hay reglas, estuvieron mal, va a haber abogados y jueces. Nosotros juzgarlos, no. Ya los van a juzgar los que tengan que hacerlo y van a pagar lo que tengan que pagar", aseguró en la conferencia posterior a la derrota con The Strongest.
Luego, en la misma línea, agregó: "Lamentablemente sucedieron muchos hechos fatales de esas situaciones y muchas familias han sufrido, no podemos dejarlo muy liviano. Como profesionales tenemos que tener una conducta y hoy están pagando esa situación. Tendrá que pagar y hacerle frente, como lo está haciendo".
"Tiago quedó privado la primera noche y estuvo haciendo las declaraciones correspondientes. Si se tiene que presentar se va a presentar las veces que sean necesarias. Se equivocó, pero la realidad es que la mayor condena la tiene uno mismo cuando se va a dormir, cuando apoya la cabeza en la almohada. Nosotros acompañamos y queremos arroparlos, pero hay cosas a las que tienen que hacerle frente. Soy entrenador de fútbol y cuando me toque la posibilidad de contar con él voy a contar con él", cerró