Luego del partido con derrota en Salta, el plantel de Colón volvió rápidamente en Santa Fe en chárter más golpeado que nunca en lo anímico. El problema no fue solo el resultado sino también la nula respuesta anímica quedando en claro que la moral está por el piso. Algo impensado cinco fechas atrás.
Ya son tres derrotas en fila que complicaron las aspiraciones de pelear por llegar a la final por el primer ascenso, siendo ahora la premisa cuidar el lugar en la zona de reducido. Ni la llegada de Rodolfo De Paoli generó algo diferente. Por si fuera poco, sus cambios complicaron quizás más todo y por eso, el Sabalero se vino nuevamente con las manos vacías de visitante.
"Necesito escucharlos, porque no pensé que están tan mal", expuso en conferencia el DT. Es por ello que dispuso que este martes tengan libre para que estén con sus familias y cambien un poco el chip. Vienen con un lastre tan pesado que los tiene "bloqueados".
Las tareas se reanudarán este miércoles en el predio 4 de Junio, con el dato positivo de que no hay lesionados ni suspendidos. Es un aliciente después de los malos saldos del cotejo ante Mitre y ahora pensando en el partido bisagra ante Gimnasia de Mendoza en el Brigadier López.
Se espera que De Paoli vuelva a hacer cirugía mayor en el esquema y los jugadores en un duelo que podría marcar un quiebre en las aspiraciones, ya que recibirá el domingo al líder. Como tenía cuatro amarillas, el técnico el otro día sacó a Nicolás Talpone, pese a que jugó quizás su peor partido hasta acá, y recordando que no están por lesión Alexis Sabella e Ignacio Lago, y Christian Bernardi a quien le queda una jornada más de sanción.
Habrá que ver si en esta semana el técnico puede acomodar lo que no "pensaba" que estaba tan mal para patear el tablero y erradicar esa mufa que rodea a Colón.