Todavía siguen saldos y retazos de la fecha 23, donde Unión se quedó con las manos vacías ante Boca en La Bombonera. Una derrota que es considerada un castigo para el cuerpo técnico y el plantel por cómo fue el final, creando situaciones para al menos alcanzar un empate. Pero hubo tramos donde el local pudo ampliar el marcador.
Haciendo un relevamiento estadístico, asoma un rendimiento muy dispar entre un tiempo y otro. Algo que se fue maximizando en los últimos partidos y que lo terminó, en algunos casos, complicando en el resultado. Sobre todo de visitante, donde tanto le cuesta.
Unión es el mejor en los segundos tiempos, con una efectividad cercana al 58%, ganando 11, empatando siete y perdiendo cinco. Pero increíblemente en los primeros está entre los peores, con un porcentaje de puntos del 32% (ganó tres, empató 13 y perdió siete).
Una irregularidad muy marcada en un mismo partido. Arrollador por momentos y en otros cediéndole el protagonismo al rival. Al Kily González le quedan cuatro fechas para intentar encontrar un equilibrio en busca de cristalizar el objetivo de clasificar a una copa internacional. Por ahora los números dan, pero ser las dos caras de una manera puede ser un problema en el final.