Unión - Informe

Domingo 13 de Abril de 2025 - 09:56 hs

El final cantado del Kily: un ciclo que se perdió entre la confusión y el desencanto

Cristian González dejaría de ser el entrenador de Unión tras el partido ante Defensa y Justicia, en medio de un clima muy conflictivo y polémico.

El fútbol no suele tener mucha paciencia, y en Unión eso quedó más que claro. Cristian “Kily” González llegó con un discurso ambicioso, emocional y con una impronta que prometía revolucionar al plantel, pero se va –más temprano que tarde– con un equipo sin identidad, jugadores enfrentados y un club que otra vez vuelve a empezar desde cero.

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Pase lo que pase en Florencio Varela este lunes frente a Defensa y Justicia, el ciclo está terminado. No hay retorno. No por el resultado, sino por algo mucho más profundo: el vínculo humano y profesional entre el técnico, sus futbolistas y la dirigencia está roto.

Del respaldo total al desconcierto absoluto

Unión hizo su parte. Apostó fuerte. El Kily pidió refuerzos de jerarquía y los tuvo. Se invirtieron casi 5 millones de dólares en un mercado de pases que ilusionó a todos. Pero esa inversión no se tradujo ni en juego ni en resultados. ¿Faltó trabajo? ¿Faltó liderazgo? ¿Faltó lectura de partido? La respuesta es todo eso junto.

La falta de regularidad del equipo terminó siendo el síntoma más visible de un proyecto que nunca logró despegar. Y con el correr de las fechas, la desconexión del entrenador se hizo evidente. Las dudas, los cambios, los vaivenes tácticos y la pérdida de confianza fueron minando las bases de lo que alguna vez pareció un proyecto serio.

Un vestuario quebrado y un mensaje que se diluyó

Dentro del plantel, el desgaste fue rápido y profundo. El Kily pasó de ser ese líder paternal que contenía y motivaba, a convertirse en un técnico distante, crítico y casi ajeno a lo que pasaba en su propio grupo. Su decisión de apuntar públicamente contra los jugadores tras la caída con Palestino fue el golpe final: el mensaje ya no bajaba y el vestuario dejó de creerle.

Al día siguiente, ni siquiera se acercó al entrenamiento de los suplentes. Se fueron sumando las internas entre referentes, la falta de armonía y hasta el insólito dato –que circula con fuerza– de que el entrenador se habría apoyado en un brujo para tomar decisiones tácticas. Sí, un brujo. En el fútbol profesional de hoy.

Unión vuelve a foja cero

Se va el Kily y Unión vuelve a pararse en el andén, otra vez esperando el próximo tren. Otra vez con la mochila cargada de ilusiones rotas, de tiempo perdido y con un grupo de jugadores golpeados.

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Será clave que lo que venga no sea un parche. Unión necesita alguien que entienda el momento, que pueda reconstruir lo que quedó lastimado, y que no venga solo con un pizarrón, sino con liderazgo, lectura y cercanía. El fútbol es de momentos, y el del Kily en Unión ya pasó. Se va con más preguntas que respuestas. 

Fuente: Diez en Deportes