Bajo un manto de gran incertidumbre y la amenaza de un estallido de violencia impulsado por el crimen organizado, los ecuatorianos votaron este domingo en un crucial balotaje por la continuidad del presidente Daniel Noboa o el regreso al correísmo representado por la candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González.
Las elecciones se realizaron sin grandes contratiempos, con denuncias aisladas y el arresto de 634 personas por distintos delitos u órdenes de captura vigente, según dijo el general Henry Tapia, comandante de la zona 9 de la Policía Nacional.
No es la primera vez que Noboa enfrenta a González. Es el cuarto enfrentamiento electoral entre ambos. Los dos primeros en las elecciones de 2023 (salió segundo en el primer turno y le ganó en el balotaje) y el tercero ocurrió el 9 de febrero, cuando la derrotó con una escasísima diferencia de 16.746 votos (44,17% a 44%).
“Voto Correa”, dijo una mujer que atendía un local de comida al paso alrededor de un centro electoral en la parroquia de Pifo, en la zona rural de Quito. Varios seguidores del expresidente simplemente mencionaron su nombre para señalar su voto a Luisa González, heredera política del exmandatario exiliado en Bruselas.
Pero el voto a Noboa también estuvo presente en esa humilde parroquia quiteña. María, una vecina de la zona, dijo que había votado por el empresario para darle una nueva oportunidad y para que no vuelva “la corrupción” al país.
En otras zonas de clase media, el apoyo a Noboa era más claro, aunque la paridad que manejan los sondeos es absoluta. Desde ambos lados se difundieron encuestas en las que se atribuían el triunfo por dos a cuatro puntos.
Se espera que los primeros resultados se conozcan dos horas después del cierre de los comicios, a eso de las 19 de Ecuador, dos horas más en la Argentina.
Daniel Noboa va por la reelección
Daniel Noboa es considerado aún un outsider de la política ecuatoriana. Era un candidato del montón hasta pocas semanas antes de las elecciones de agosto de 2023 luego de la renuncia de Guillermo Lasso. Pero con un sprint final clave y un discurso antigrieta en un país sumamente polarizado, llegó segundo de González y ganó el balotaje dos meses después.