Según declaraciones del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu a la agencia RT y publicadas por la Televisión siria, el submarino Dmitri Donskoi ha comenzado su viaje por el Mediterráneo oriental a lo largo de las costas de Siria, Líbano e Israel. Es el más moderno de la armada rusa, casi indetectable, está armado con un gran número de misiles crucero y considerado un centro de recolección de información de inteligencia ultra sofisticado, además de ser casi invisible.
Donskoi ya ha disparado docenas de misiles cruceros sobre objetivos del Estado islámico (ISIS por sus siglas en ingles) en territorio sirio, pero son otras de sus capacidades las que están causando preocupación en actores regionales como Israel y Turquía
Fuentes militares turcas han declarado desde el anonimato a la revista alemana Der Spiegel que no está claro si los esfuerzos conjuntos de Rusia e Irán en el campo de batalla sirio se acotarán solamente a este último.
Un artículo de Bloomberg News del 10 de diciembre indicó que los iraníes han empezado gradualmente a retirar sus fuerzas de Siria después de las fuertes pérdidas de cuadros de alto rango, incluyendo el último incidente del general Qasem Soleimani, que disparo esa estrategia iraní. La fuente de estas noticias fue la inteligencia estadounidense que descubrió los convoyes de combatientes iraníes que regresan a la tierra de los ayatollás desde sus satélites y sus hombres en tierra agregaron que lo hacían con la moral no muy alta.
Una fuente de la inteligencia israelí fue la que negó esa información. "No estamos convencidos de que esto apunta al retiro de las tropas y los mandos iraníes del campo de batalla," señalo a la prensa alemana a condición de anonimato. "Hay un movimiento grande de soldados de la Guardia Revolucionaria en Siria, y en realidad sería muy claro para los satélites si se van o no. Tal vez se está ante una redistribución de fuerzas sobre el terreno. Es demasiado pronto para decir que Irán está dando replegándose en Siria, sin embargo. A la luz de los resultados, todo es posible".
"En octubre pasado, un número récord de 7.000 soldados de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán combatió junto a Hezbollah y el presidente sirio, Bashar al-Assad, contra los rebeldes en Siria. A ellos se unieron recientemente los rusos.
Esta coalición, cuyas metas son claras: la estabilización del régimen de Assad y asegurar la continuidad de su gobierno junto a la voluntad de ampliar las regiones que controla para retomar una serie de ciudades clave, como Idlib. Aunque ese objetivo no se logró". Estas fueron las declaraciones del ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, en su discurso ante el "Foro Saban" a principios de este mes. Yaalon dijo que esa campaña no logro sus objetivos hasta ahora.
Según el funcionario, las razones de este fracaso han sido la "incompetencia del ejército sirio y la falta de determinación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán." Israel está convencido de que el presidente ruso, Vladimir Putin, no se enfrenta a un paseo en un parque en el caso sirio y que su aventura en apoyo de Al-Assad puede transformarse en una versión contemporánea de Afganistán, donde se derramó tanta sangre Soviética que Moscú se vio obligado a retirarse raudamente.
También la cadena Al-Jazzera se refirió hace una semana a la participación de Rusia en la guerra civil siria indicando que "Siria puede convertirse en el Vietnam de Rusia."
Como sea, el nivel de preocupación de Turquía e Israel va en aumento en los círculos de seguridad y los escalones de toma de decisión de ambos países a la luz de la concentración continua de recursos rusos en el frente norte. Esta realidad podría derivar en acotar el poder turco sobre el Mediterráneo y generan en las Fuerzas de Defensa de Israel mayor libertad de acción e involucramiento en esas regiones.
"El nuevo submarino de Putin potencia y actualiza exponencialmente las capacidades de recabar información de inteligencia sensible en favor de los rusos en contra de Israel también", dijo una fuente militar israelí de alto rango a la Radio de las Fuerzas de Defensa de Israel. Mientras tanto, una fuente diplomática que también pidió que su nombre no fuera divulgado dijo al Jerusalén Post hace una semana, que "las baterías rusas S-400 exponen por completo a manos de Moscú a todo el territorio del Estado de Israel.
Cualquier avión de combate israelí que despegue desde la base aérea en el desierto del Negev o de los aeropuertos militares del norte de Israel puede ser detectado inmediatamente por el sistema de radar del submarino ruso. Los altos mandos israelíes dicen no estar preocupados por una posible fricción militar con los rusos, a quienes que no consideran una amenaza militar directa sobre Israel. Pero en su lugar si deberían estar preocupados de que los rusos transfieran información sensible de inteligencia que reúnen diariamente a los gobiernos y entidades para-estatales que son abiertamente hostiles a Israel".
El Jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Gadi Eisenkot, dijo en una reciente conferencia de prensa que "es imposible derrotar al Estado Islámico desde el aire; que se necesita también fuerzas de tierra para lograr eso". Este hecho ha sido internalizado por Occidente también, aunque los Estados Unidos se mantienen firme en su política de no enviar fuerzas significativas a Siria, con la excepción de las unidades especiales de bajo perfil que operan contra el ISIS.
Lo que Israel y Occidente deben interpretar es que por que unos 40.000 combatientes de más de 100 países están fluyendo hacia los preceptos románticos que les ofrece el califato islámico, y lo cierto es que nadie sabe realmente aun las razones que están detrás de este fenómeno y que impulsa a que esos jóvenes combatientes estén dispuestos a dejar sus cómodas vidas en los países occidentales en que residen para ir tras el llamado del Califato.
La serie de enormes éxitos del ISIS en el campo militar, incluido el ataque terrorista en París del 13 de noviembre y el derribo del avión ruso sobre la península del Sinaí el 31 de octubre sacudió la coalición y creó el sentido actual de emergencia. Los rusos han intensificado considerablemente sus ataques aéreos contra ISIS. Sin embargo, hasta que fue derribado su avión de combate por los turcos, sólo el 5% de los ataques aéreos de Rusia en Siria se dirigieron contra ISIS. Pero posteriormente, el 30% de los ataques se dirigen contra el ISIS, no antes, y esta cifra va en aumento. El problema es que los ataques aéreos tampoco lograron los resultados esperados.
Los israelíes saben que para derrotar "Hay que ganar en el suelo". Esa es la única cosa que va a poner fin a la idealización que atrae a miles de jóvenes a ese lugar.
Mientras tanto, Estados Unidos no tiene una respuesta clara sobre cómo y cuándo se detendrá. La creciente participación de Rusia e Irán, junto con una masiva presencia de Hezbollah, no está ayudando. En cambio, sólo están aumentando el caos regional. Los esfuerzos invertidos en las conversaciones de paz de Viena, en un intento de alcanzar una solución diplomática, están avanzando, pero no a un ritmo adecuado. La coalición global contra el ISIS está invirtiendo más energía en conflictos internos que en su principal objetivo, derrotarlo.