Allá por marzo del año que termina, se fue para siempre Gerardo Sofovich, una figura querida por muchos y también denostada por tantos otros, pero que sin dudas resulta clave en la historia reciente del espectáculo local. Durante los meses posteriores se sumaron otras figuras cuyos nombres quedaran encendidos por mucho tiempo en las marquesinas del recuerdo de nuestro público. Jean Francois Casanovas, en abril; Sergio Renán y Alejandro Romay, en junio; Daniel Rabinovich, en agosto; Cipe Lincovsky, en septiembre y Eduardo Pavlovsky, en octubre, forman parte de la triste lista.
La trayectoria de Sofovich es muy difícil de resumir en pocas líneas ya que su labor abarcó prácticamente todos los campos vinculados al espectáculo. También es difícil que al escuchar su nombre alguien en el país no sepa de quién se trata y no pueda nombrar algún título de las decenas de obras de teatro, películas o programas de televisión que creo, escribió, produjo, dirigió, condujo o actuó. Casanovas, por su parte, no participó de tanta diversidad de actividades, pero su fama en el campo de las artes escénicas es innegable, con una carrera de actor y director de teatro, bailarín y coreógrafo cuya formación dio sus primeros pasos en Europa y en la década de 1980 trasladó su fama a la Argentina, con la creación del Grupo Caviar, esa mítica formación que revolucionó la escena teatral porteña por aquellos años.
Renán merece un párrafo destacado, como hombre de la cultura de nuestro país. Fue actor y además director de cine, televisión, teatro y ópera. Entre los puntos más destacados de su trayectoria figura su labor como director de la película La tregua, que fue el primer film nacional nominado para un Oscar a Película en lengua extranjera, y su tarea como director del teatro Colón, puesto en el que estuvo en dos oportunidades, entre 1989 y 1996 y en 2000. Romay fue otra figura que descolló por su obra en radio, televisión y teatro. Su gran talento fue el de cincelar con estilo artesanal grandes éxitos mediáticos y en los escenarios teatrales que perduran en el recuerdo popular. Daniel Rabinovich era escribano, pero no existen documentos adonde haya dado fe de autenticidad. Su lugar era el del humor, adonde hizo reír a multitudes como integrante de Les Luthiers.
Cipe Lincovsky fue una gran artista de la escena. Dueña de un bagaje ideológico al que fue fiel a ultranza, sobresalió por el manejo armónico de talento y técnica, que la convirtió en una actriz de excelencia. Tato Pavlovski fue médico, psicoanalista, pero además una de las figuras más destacadas de la escena nacional, que, desde la década del 60, marcó una huella imborrable en el teatro nacional y latinoamericano, como actor y dramaturgo.
Otros nombres que también partieron para siempre en el año que se va son: Ana María Giunta, René Lavand, la Hermana Bernarda, Berugo Carámbula, Jorge Sassi, Ben Molar, Ricardo Morán y Juan Carlos Dual.
Fronteras afuera
Maureen O'Hara, B.B. King, Anita Ekberg, Christopher Lee, Wes Craven y Ornette Coleman, son algunos de los artistas internacionales que en 2015 cerraron sus ojos para siempre.
Irlandesa, pelirroja y de inolvidables ojos verdes, la actriz y estrella de los años 40 y 50 O'Hara falleció en octubre a los 95 años tras una carrera en la que protagonizó obras maestras como Que verde era mi valle, en la que compartió escenas con su amigo John Wayne. La actriz sueca que acompañó a Marcello Mastroianni en La dolce vita también partió en el año que termina. Anita Ekberg murió a los 83 años en una clínica cercana a Roma. Otro intérprete legendario del Hollywood clásico, el egipcio Omar Sharif, célebre protagonista de Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago, murió en julio de un ataque al corazón. Muy conocido por su papel como el conde Drácula y por ser uno de los mejores y más temibles villanos de la historia del cine, el actor británico Christopher Lee falleció en junio a los 93.
También murió este año Leonard Nimoy, vinculado para siempre en la cultura popular a su papel de Mr. Spock en la serie televisiva Star Trek. Maestro del terror y responsable de la serie de films Pesadilla y Scream, películas con las que atemorizó a miles de espectadores de varias generaciones, el director Wes Craven falleció en agosto a los 76 años. El compositor James Horner, autor de bandas sonoras tan reconocibles como las de las películas Titanic o Avatar, murió a los 61 años tras un accidente con su avioneta en California.
B.B. King.
Por su parte, el mundo del blues lloró en 2015 la pérdida de una de sus grandes leyendas, B.B. King, el genio de la guitarra que con su inseparable Lucille y su poderosa voz dio forma a una de las carreras musicales fundamentales y más admiradas del siglo XX. La música negra y los aficionados del soul y el funk también tuvieron que lamentar la muerte de Ben. E King, intérprete de la famosa canción Stand By Me. Figura y referencia ineludible del sonido de Nueva Orleans, el renombrado pianista Allen Toussaint falleció en noviembre a los 77 años en Madrid pocas horas después de dar su último concierto. A los 48 años y cuando se encontraba en plena gira con su nuevo grupo murió Scott Weiland, el ex vocalista de las bandas de hard rock Stone Temple Pilots y Velvet Revolver. También fallecieron en 2015 el actor Robert Loggia, el director de orquesta Kurt Masur, el rapero Sean Price o el guitarrista del grupo REO Speedwagon Gary Richrath.
El año cierra con la inesperada muerte debido a un cáncer fulminante de Lemmy Kilmister, emblemático líder del grupo británico de heavy Motörhead, conocido por sus canciones ruidosas y aceleradas como "Ace of Spades" y por encarnar el estereotipo de roquero siempre viviendo al límite.