La vacaciones de invierno en los espacios del Tríptico de la Imaginación, dependiente del ministerio de Innovación y Cultura, se han vuelto un clásico que crece año tras año. En este 2016, más de 90 mil personas pasaron por El Molino, La Redonda y La Esquina Encendida, desde el viernes 8 de julio hasta el domingo 31.
Los tres espacios ofrecieron, cada tarde, de miércoles a domingo, propuestas constructivas y lúdicas, en contacto con diferentes materialidades y lenguajes: el papel, la madera, lo textil, las pinturas; el diseño, la palabra, los sonidos.
A medida que pasan los años, este es el sexto desde que el Tríptico abrió sus puertas, los visitantes que llegan a los espacios ya no son sólo de la ciudad y la provincia, sino que se incrementa la llegada de personas desde provincias vecinas como Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires, y del resto del país. Los visitantes de países limítrofes también comienzan a ser una constante, atraídos por una propuesta novedosa y gratuita.
PÚBLICOS, LIBRES Y GRATUITOS
“Espacios como estos, con estas características, públicos, libres y gratuitos, hay muy pocos en el mundo, es algo que atrae mucho a las personas que llegan desde otros lugares a visitarnos, que siempre se van con ganas de volver”, comentó Huaira Basaber, directora del Tríptico. “Y toda esa gente que nos visita es la que también recomienda los espacios a otras personas. Las experiencias y sensaciones que se llevan luego de pasar por los espacios, hace que funcione una difusión de boca en boca que para nosotros es muy valiosa”.
Estas vacaciones 2016 tuvieron como particularidad que La Esquina Encendida, que durante el año funciona con talleres que requieren inscripción previa, se sumó con actividades, dispositivos de juego y espectáculos de manera abierta, al igual que El Molino y La Redonda. Así, el Tríptico en su totalidad funcionó de miércoles a domingo, siendo una alternativa de paseo y esparcimiento para las familias de la ciudad y la zona.
“La oportunidad de ser tenido en cuenta en el espacio público, nos transforma y nos hace queridos por el Estado, nos hace ser elegidos a todos por igual. La democracia de ingresar a la creatividad, al juego, a la vivencia con otros distintos, nos revela la posibilidad de construir ciudadanía con igualdad”, finalizó Basaber.