El jueves pasado, luchando contra el frío y el partido de la selección Argentina vs Uruguay, se estrenó a sala llena "El limonero real". Esta obra basada en la gran novela de Juan José Saer, fue dirigida por Gustavo Fontán, se rodó en Colastiné y contó con el trabajo de actores y lugareños de nuestra región. El estreno se dio en el marco del "Año Saer", programa que impulsa el minsiterio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe, destinado a celebrar y difundir la obra del gran narrador santafesino.
Horarios de las funciones de "El limonero real": Domingo: 18:00 y 21:00hs. Lunes, martes y miércoles: 18:00 y 21:30hs.
EL LIMONERO REAL
La película, basada en la gran novela del escritor nacido en Serodino, fue rodada en la zona costera santafesina de Colastiné y contó con el apoyo para su producción del ministerio de Innovación y Cultura.
Los actores que protagonizan a los personajes de “El Limonero Real” son Patricia Sánchez, Germán de Silva (Buenos Aires), Eva Bianco, Rosendo Ruiz (Córdoba), Rocío Acosta, Tomás Altamirano (Santa Fe) y 14 extras de La Guardia, Colastiné y San José del Rincón, entre niños, jóvenes y adultos.
Gustavo Fontán tiene entre sus antecedentes cinematográfico las películas “El Rostro” (2013), “La Casa” (2012), Elegía de abril (2010), La madre (2009) y La orilla que se abisma (2008), diálogo con la poética de Juan L. Ortiz. Entre las distinciones que recibió por su obra se destaca el Premio Konex, en la categoría de Cine Documental, en el 2011.
SINOPSIS
Una familia de pobladores del río Paraná se dispone a compartir el último día del año. Son tres hermanas, con sus maridos e hijos, que viven en tres ranchos, a la orilla del río, separados por espinillos, algarrobos y sauces.
Aunque Wenceslao intenta convencerla, su mujer se niega a asistir a casa de su hermana para participar del festejo. Dice que está de luto: su hijo, su único hijo, murió hace seis años.
También sus hermanas y sus sobrinas se desplazan para convencerla. Pero Ella sigue firme en su negativa: está de luto.
El río omnipresente, las variaciones de la luz, el baile festivo, el sacrificio del cordero y la comida, el vino y los cuerpos, todo es atravesado, desde la percepción de Wenceslao, por las dos ausencias: la de su mujer y la de su hijo muerto, cuya figura emerge cada tanto, otorgándole al relato una densidad creciente.