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“Los productos artísticos que genero no tienen ningún apuro. No tengo que rendir cuentas a nadie, lo hago porque necesito y quiero hacerlo”, explicó Del Barrio en una entrevista con Télam en la que reconoció que hay “un delay entre la producción artística y la producción ejecutiva” de cada obra.

“3 Eléctrico” es un breve pero contundente álbum que incluye cinco composiciones propias y una versión de “Digital Ayatollah”, tema instrumental de Spinetta Jade, editado en el disco “Alma de diamante”, todas ellas interpretadas en un formato de trío, con Alex Reggiani, en batería, y Juan Giménez Kuj, en bajo.

En una distendida charla, el tecladista dio su visión sobre la música y el género que cultiva, y dejó sus impresiones sobre las distintas etapas de su carrera.

-Télam: ¿Por qué se tomó tiempo para lanzar un nuevo disco desde su último trabajo (“Piano, solista y con Fernando Aguirre”, de 1996)? 

-Del Barrio: Tengo como una doble vida con los proyectos y la publicidad de esos proyectos. Tengo cinco discos que nunca saqué. Lleva tiempo hacer un disco, armar una banda. Los productos artísticos que genero no tienen ningún apuro. No tengo que rendir cuentas a nadie, lo hago porque necesito y quiero hacerlo. Lo único que me interesa es hacer las cosas de una manera que están artísticamente garantizadas. Digamos que hay un delay entre la producción artística y la ejecutiva.

-T: El disco fue editado de manera independiente, tal como solía hacerlo M.I.A. ¿Hay una comparación posible en ese sentido?

-D. B.: Al ser música instrumental es más difícil meterla en el mercado, así que ni intento que un sello importante se interese, por eso es independiente. No importa si tenés o no antecedentes, cada nuevo proyecto hay que empezar de abajo. Te aclaro que me encantaría estar en una gran compañía sacando un disco exitoso, pero bueno. Lo de M.I.A. también surgió como algo más real por la necesidad del momento. Lo que hacíamos era inclasificable para las discográficas, así que apareció esa manera de trabajo cooperativa, inspirados en la experiencia teatral de los padres de Lito Vitale. Fue una experiencia muy nutritiva, pero en ese momento fuimos muy criticados por músicos que nos veían como que nos daba el cuero para firmar con una discográfica importante.

-T: ¿Cómo surge la idea de formar un trío con características particulares como este?

-D. B.: Un poco por la posibilidad tecnlógica, porque hay sintetizadores que permiten reemplazar el sonido de las guitarras, y otro poco por una necesidad de simplificar la formación. En mi vida como tecladista, aprendí a escuchar a la banda y poner el color donde se necesita. Eso me llevó a cubrir todos los espacios tímbricos, lo que me permite por momentos disfrazarme de guitarrista, aunque no es mi intención destacarme como guitarrista desde el teclado.

-T: ¿Siente más libertad así?

-D.B.: Por un lado me da más libertad y, por el otro, me da la ventaja de no tener un guitarrista en la banda, que es un ser muy especial, altamente egocéntrico, que supone que la guitarra tiene que estar más fuerte (risas). Es un gran alivio poder controlar el volumen de la guitarra. Esto lo digo en broma, pero es un poco cierto también (risas).

-T: En este aspecto, ¿cómo resultaba trabajar con Spinetta?

-D.B.: Lo que pasa es que él era muy medido en ese aspecto. No era un violero alocado y cuando quería a alguien así, convocaba a otro guitarrista.

-T: ¿Qué rescató de sus experiencias más pop para este disco?

-D.B.: A mí me encanta el pop. Al fin y al cabo, todo empezó con el pop. Antes del rock, lo que había era un montón de grupos con canciones populares exitosas, bailables, con letras frívolas. Luego vino el rock con sus letras más existencialistas, pero yo me crié con eso. Acá parece que el rockero nació con campera de cuero, tachas y pelo largo. ¿Me vas a decir que nunca escuchaste otras cosas? Hay un poco de pose en eso.

-T: ¿Se considera más tecladista que pianista?

-D.B.: Depende de los proyectos, pero en realidad yo me siento más compositor. Para ser pianista hay que tocar muy bien y yo ese camino lo transito a medias. No tengo esa formación. Para mí el piano siempre fue para componer, pero generalmente siempre fui tecladista. Aunque, insisto, simpere me sentí compositor.

-T: ¿Cómo surge la idea de hacer una versión de 'Digital Ayatollah´?

-D.B.: Es un homenaje a la parte más loca, más extrema de Spinetta, que surgía en sus composiciones instrumentales, que son más herméticas todavía que el resto de sus temas. Fue una propuesta del baterista Alex Reggiani y yo me prendí enseguida en el experimento.