La segunda semana de marzo se realizaría la audiencia imputativa en proceso de libertad de G.B. (20) quien conducía el auto blanco que chocó el 19 de febrero pasado la moto en la que viajaba Patricio Gómez. La fiscalía estudia atribuirle el delito de “lesiones culposas agravadas por haber sido con conducción imprudente de automóvil y haberse dado a la fuga sin intentar socorrer a la víctima”. Sería casi imposible que los acusadores soliciten el tratamiento de prisión preventiva pese a que el automovilista se fue del lugar del accidente y luego se presentó a la policía.
Según los fiscales, la figura de abandono de persona no puede aplicarse porque corresponde a otro tipo penal; implica que la persona accidentada quede a su merced sin que nadie lo socorra. Por cómo se dieron los hechos, en este caso el agravante del delito cometido por el acusado es el abandono del lugar del hecho y dejar a la víctima lesionada en el piso. Como se plantea el suceso, la pena en expectativa va de 2 a 4 años de prisión lo que hace prácticamente imposible que, en caso de ser declarado culpable, sea de cumplimiento efectivo.
Al momento de producirse el siniestro, el fiscal Carlos Lacuadra estaba de turno. Según informaron fuentes del caso, el representante del Ministerio Público de la Acusación cerró su investigación con la declaración de varios testigos, videos de cámaras públicas y privadas, secuestros de elementos y peritajes. Tal cual se conoció a través de los medios, el conductor del auto se presentó en la Comisaría varias horas después por lo que el test de alcoholemia fue negativo y no tiene sentido ser incorporado como material probatorio. El resto de los elementos fueron remitidos a la Dra. Carolina Parodi quien dirige la Unidad Fiscal Especial en Accidentes de Tránsito.
De los testigos, se supo que la fiscalía cuenta con el relato de dos personas que estaban ocasionalmente enfrente del lugar donde se produjo el accidente, dos prefectos que vieron parte del suceso, otra persona que intentó detener al vehículo que se daba a la fuga pero lo perdió de vista y dos voluntarios más. Además, el representante del Ministerio Público de la Acusación solicitó a comercios y organismos públicos de la zona colaboración para sumar registros fílmicos de la colisión a los del sistema de monitoreo público de la zona.
Según las pesquisas del caso, la pericia del automóvil que conducía G.B. sería contundente en cuanto al daño casi total parte derecha del rodado y el parabrisas roto, lo cual permitiría corroborar la velocidad a la que venía el rodado de mayor porte y que el motociclista salió despedido. De igual manera, habría otros puntos en la investigación que podrían aportar más datos acerca de los momentos previos (y posteriores) del accidente en cuanto a la responsabilidad del joven que conducía el automóvil.
Se sabe que los fiscales como funcionarios públicos promueven la acción de la justicia sobre la base de la ley. Y que los jueces se limitan a aplicarla. Pero no puede desconocerse que la sociedad necesita un mensaje clarificador de que existen sanciones ante semejantes actos. Hay un joven de 34 años internado con coma inducido en la terapia del Hospital Cullen que pelea contra la muerte minuto a minuto. Al momento de ingresar, a Patricio Gómez al nosocomio un traumatismo de cráneo grave y fracturas expuestas en sus piernas. La Justicia debería atender a la realidad.
Familiares y amigos convocaron a una marcha para dar fuerzas a Patricio Gómez y exigir Justicia por lo sucedido. Se sabe que la fiscal Parodi puede solicitar a los jueces que entiendan en la Investigación Penal Preparatoria solicitar se tenga en cuenta la pena máxima invocando la actitud desaprensiva de G.B. al chocar a gran velocidad a un motociclista y darse a la fuga pero también se sabe pero el muchacho no tiene antecedentes penales. Este caso es una prueba importante para la Justicia santafesina. Esperemos que fiscales y magistrados estén al ala altura de las circunstancias. La sociedad santafesina los está mirando atentamente.