Este jueves a las 22 (hora argentina), con el primer ensayo libre, será el momento esperado por los equipos, pilotos, ingenieros y técnicos de la Fórmula Uno para que en los 5.303 metros del circuito urbano de Albert Park, en Melbourne, Australia, la máxima categoría del mundo inicie su temporada 2017, que llega colmada de cambios en busca de mejorar los espectáculos.
No será un año más. Ya no está Bernie Ecclestone al frente de la categoría, que ahora regentea Liberty Media; no correrá el último campeón, Nico Rosberg, retirado tras lograr su cetro 2016; no estará el equipo Manor, que fue a subasta y dejó la grilla con 10 equipos y 20 pilotos.
En cambio, estarán los nuevos autos de la F1 para marcar la revolución tecnológica más espectacular de los últimos tiempos, reunida en un rompecabezas de 15 mil piezas.
Los motores híbridos en su cuarta temporada alcanzarán los 900 HP de potencia, la máxima conocida hasta ahora, que permitirá que los autos quizá no sean tan veloces en recta, pero sí mejoren y mucho su velocidad en curva. Como dato, en un viraje tomado a 170 km/h el año pasado, ahora se podrá doblar a 215 km/h.
Los chasis y las gomas serán los responsables de este salto. Ahora, los chasis son más largos, más anchos, 100 mm de cada lado, y con un tratamiento aerodinámico que sorprende y que mejora el “Down Force” (apoyo aerodinámico del auto al piso, reforzado por un generoso deflector trasero).
El alerón delantero es en forma de V para abrir el paso del aire sobre los neumáticos, que son también más anchos y más duros. El alerón trasero también es más ancho y más bajo, que obligó al reingreso de las “aletas de tiburón” para redirigir el paso de aire. El peso total del auto es de 728 kilos.
La idea de introducir tantos cambios por parte de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) es la de mejorar los espectáculos, y brindar carreras más reñidas, con sobrepasos y que no haya un solo equipo que muestre el camino al resto, como ocurrió en los últimos años con Mercedes.
Los autos ya demostraron ser más veloces mejorando en 3s3/10, en Montmeló, España, el récord del año pasado. Las carreras quizá ya no se diriman en las paradas en boxes, porque los nuevos compuestos de neumáticos permitirán recorrer mayor cantidad de vueltas, con menos desgaste, y ello puede llevar a una sola parada por carrera.
El mejor rendimiento ahora es a la hora de doblar, cuando jugarán un papel fundamental el ancho de los circuitos, porque con autos más anchos y con gomas más anchas; encontrar el espacio para superar a otro vehículo no será tan sencillo (ni hablar de lo que puede deparar Mónaco). Además, las cargas aerodinámicas provocarán más turbulencia para el auto que venga atrás, lo mismo que a la salida de las curvas.
Todo ello influirá en el desgaste físico que sufrirán los pilotos, sobre todo en el cuello y en las cervicales por la fuerzas G (entre 5 y 6 puntos), que dejarán en el pasado la posibilidad de manejar los autos con una sola mano.
Si bien en Montmeló nadie mostró su real potencial, Ferrari aparece como un potencial rival para Mercedes, seguido por Williams, Red Bull, Force India, Toro Rosso y Sauber. Decepcionó McLaren-Honda, que, al contrario de lo que se esperaba, está lejos de ser un auto veloz y mucho menos confiable, gracias a la involución mostrada por el motor japonés Honda.
Ferrari ha invertido muchos millones para volver a ser competitivo; Renault sorprendió para bien con la evolución de su motor, y Williams ha evolucionado bien desde el año pasado. De Red Bull se espera mucho y Adrián Newey, su diseñador, todavía no ha puesto en pista todo su talento.
Force India sigue su evolución y está en camino de superar lo de 2016.