Los trastornos del sueño, además de que pueden afectar gravemente la salud, impactan de lleno en los estados de ánimo. Según los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), no dormir suficiente reduce la calidad de vida y puede llegar a generar una serie de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, cáncer e incluso un aumento del riesgo de morir de forma prematura.
Ahora, una reciente investigación científica publicada en la revista Sleep, planteó que los efectos de una buena noche de sueño reparador y profundo en el ánimo pueden ser tan potentes como la satisfacción que genera ganar un premio importante.
Para esta investigación -realizada por la Universidad de Warwick en Inglaterra- se examinaron los patrones de sueño de 30.594 personas mayores de 16 años durante un período de cuatro años. La calidad del sueño y el bienestar fueron evaluados a través de la cantidad de sueño y el uso de medicación para dormir entre 2009 y 2011 y entre 2012 y 2014.
Para medir los resultados, el equipo científico utilizó la herramienta de evaluación psicométrica conocida como Cuestionario General de Salud (GHQ) y empleó modelos de regresión lineal en cada solución, ajustando los factores que potencialmente podrían influir en los datos como el sexo, la edad, el origen étnico, la educación y la situación laboral.
Finalmente, los resultados revelaron que, efectivamente, una noche de mal sueño puede empeorar las condiciones médicas y emocionales como el uso de medicación. Por el contrario, una noche de excelente sueño puede mejorar notablemente la salud, resultando en puntuaciones altas de bienestar. Las mejores puntuaciones en el estudio incluso fueron comparables al bienestar producido por ganar un premio de lotería mayor que 250 mil dólares.
"Es refrescante ver el potencial curativo del sueño fuera de la configuración de los ensayos clínicos, ya que esto demuestra que los beneficios del sueño son accesibles para todos y no reservados exclusivamente para aquellos con un sueño extremadamente malo que requieren tratamientos intensivos", explicó Nicole Tang, autora principal del trabajo.
"Un paso importante es mirar las diferencias entre aquellos que demuestran un cambio positivo y negativo en el sueño con el tiempo, e identificar qué factores del estilo de vida y actividades cotidianas son conducentes a promover el sueño", concluyó.