¿Tratás de cuidarte pero hay tentaciones que no podés dejar pasar? Ahora la ciencia dice que le podés echar la culpa de eso a tus genes. Se trata de una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid que es la primera en describir cómo éstos afectan nuestros hábitos alimenticios .
Para algunos el antojo imparable es el chocolate y para otros es la papa en cualquier formato, aun cuando saben que no son lo mejor para su salud. Al primero, por ejemplo, se lo asoció a ciertas variantes del gen que expresa el receptor de oxitocina. A la par encontraron que un gen relacionado con la obesidad juega un rol importante sobre la preferencia o repulsión a las verduras.
Lo novedoso de este trabajo, hecho sobre 818 hombres y mujeres, es que se basó en el comportamiento de personas saludables. Algo inusual en el campo, en el que ya se trabajó mucho la relación entre la herencia genética y los desórdenes alimenticios.
Los detalles que encontró este equipo pueden servir para diseñar dietas más complejas, que entiendan más cómo funciona el cerebro de cada individuo y la mejor manera para que logre resultados exitosos sin tantas recaídas.