Para combatir el fenómeno del estrés oxidativo, consecuencia de algunos procesos complejos que se dan el cuerpo, se debe aumentar la ingesta diaria de antioxidantes como las vitaminas A, C y E, los carotenoides, minerales como el selenio y el zinc y ácidos poliinsaturados como el omega 3. Los cuales se encuentran en frutas, vegetales, cereales, legumbres y pescado.
Según publicó argentinainvestiga, Pablo Mezzatesta, uno de los integrantes del equipo, resaltó que “los veganos, al consumir más vegetales –que tienen más antioxidantes- tienen mayor protección a nivel celular, lo que retrasa el envejecimiento. Por otra parte, “los carnívoros o los de dieta omnívora tienen más preponderancia a lo contrario”.
El especialista puntualizó algunas recomendaciones prácticas, sencillas de llevar a cabo y que pueden contribuir a mejorar la situación. Por un lado, la incorporación de cinco porciones diarias de frutas y vegetales. El plan ideal sería utilizar las primeras como colación de media mañana y media tarde y las segundas en el almuerzo y la cena, ya sea como ensaladas o en otros tipos de cocción, idealmente al vapor.
Por su parte, como conclusión de la investigación, la directora del proyecto, Emilia Raimondo, aporta aspectos fundamentales para reducir los efectos del estrés oxidativo: adoptar hábitos de vida saludable (hacer ejercicios físicos tres veces por semana), descansar de 7 a 8 horas por día y evitar hábitos tóxicos como el alcohol y el tabaco, entre otros.
A lo anterior se suma la búsqueda de cierta armonía interior a la hora de vivir y afrontar los acontecimientos cotidianos, lo que contribuirá positivamente a todo este proceso de interrelaciones.