Las personas aquejadas por dolores crónicos podrían tener a mano un paliativo sin efectos secundarios y más eficaz y barato que los analgésicos: dormir más. Esta es la conclusión de un estudio conjunto de médicos y especialistas del Hospital de Niños de Boston y el Centro Médico Beth Israel Deaconess, de la misma ciudad estadounidense.
Los investigadores han descubierto también que estos pacientes podrían encontrar alivio tomando sustancias que los mantengan despiertos, como la cafeína o el modafinilo,un neuroestimulante que promueve el estado de alerta. Los resultados, publicados en la revista Nature Medicine, se basan en un trabajo realizado con ratones.
Sin sueño es peor
Para empezar, los investigadores midieron mediante electroencefalografías (EEG) y electromiografías (EMG) los ciclos del sueño de cada ratón estudiado. Luego dividieron en grupos a los roedores, y sometieron a algunos a una privación moderada del sueño, entreteniéndolos con ejercicios y juguetes en los momentos en los que se suponía que iban a empezar a dormir.
El resultado fue inesperado: pasados cinco días, los animales comenzaban a mostrar una mayor sensibilidad al dolor. Además, el uso de analgésicos comunes como el ibuprofeno no mejoraba esta hipersensibilidad sobrevenida, y tampoco lo hacían remedios mucho más potentes como la morfina.
En contraste, tanto la cafeína como el modafinilo, usados para mantener el estado de vigilia, sí bloqueaban esta respuesta exacerbada a los estímulos dolorosos causada por la falta de sueño crónica o aguda. Curiosamente, en los ratones que habían dormido con normalidad, estas dos sustancias no tenían propiedades analgésicas.
Lecciones para tratar el dolor crónico
De poder aplicarse a humanos –aún quedan muchas pruebas clínicas por realizar–, estos resultados posibilitarían nuevas formas de lucha contra el dolor crónico, un mal que aqueja a uno de cada cinco españoles. Los autores de la investigación piensan que, para estas personas, los analgésicos podrían ser una solución peor que la combinación de dormir bien y, de vez en cuando, usar sustancias promotoras del estado de vigilia para romper el ciclo del dolor.