Is This The Life You Really Want? (¿Es esta la vida que realmente querés?), inquiere Roger Waters desafiante, desde el título de lo que es sólo su quinto álbum de estudio como solista. Pasaron nada menos que 25 años desde la aparición de su trabajo anterior, Amused To Death (1992) - que volvió a lanzar en 2015 en una edición remasterizada -, pero el ex-Pink Floyd mantiene intacta su visión, y su capacidad de trazar un diagnóstico tan exacto como impiadoso sobre el estado del mundo, con una obra conceptual que tiende links directos a The Wall (1979) y al mencionado Amused...
En el disco, Roger vuelve a la carga sobre las obsesiones que han estado presentes a lo largo de toda su obra: la guerra, la influencia de los medios de comunicación, la alienación, los manejos sucios de políticos y gobernantes, la inacción de los ciudadanos, y un estado general de cosas que ya había resumido magistralmente en el clásico de Pink Floyd, "Comfortably numb".
En la parte musical, el contexto es cien por ciento Waters, con efectos, sonidos ambientales, diálogos y ruidos de máquinas mecánicas uniendo las canciones. La influencia del productor Nigel Godrich (trabajó con Radiohead, Air, Beck y McCartney, entre otros), no es especialmente notable en la música o los arreglos, que suenan como una continuación natural de trabajos anteriores. Parecería ser que su principal función como productor ha sido convencer al artista de sintetizar sus ideas en el formato de un álbum de canciones no demasiado extendidas, con una banda que se limita a proveer una suntuosa ambientación a las letras del cantante (prácticamente no hay solos, y las intro son mínimas o inexistentes).
Ya desde el vamos, "Déjà Vu" pone de manifiesto la extraordinaria capacidad del autor para describir una situación de manera abarcadora y a la vez singular, como si estuviera hablando en forma personal a cada uno de los que escuchan. "Las truchas en las corrientes son todas hermafroditas/ Vos te inclinás hacia la izquierda pero votás a la derecha/ y se siente como un déjà vu".
"The Last Refugee", una balada con reminiscencias de "Mother" (The Wall), podría referirse a la dramática escena de los niños ahogados en los accidentes de embarcaciones que llevan refugiados. "Picture That" parece apuntar directamente a Donald Trump ("un líder sin un maldito cerebro"), pero también a la realidad que origina su ascenso. "Broken bones", con un despojado comienzo de guitarra acústica y voz, habla de las oportunidades perdidas por el género humano para comenzar de nuevo y construir un mundo más libre y menos autodestructivo, mientras que el tema que da título al disco continúa interpelándonos, haciendo eje en nuestra indiferencia y pasividad ("el miedo mueve los molinos del hombre moderno.")
"Bird In a Gale" es quizás el tema más personal, pero también refiere a perennes obsesiones de Waters como la soledad y el desamparo, con un hombre en medio de la tormenta pidiendo a una mujer si puede pasar la noche en su casa. En "The Most Beautiful Girl" mezcla la represión del Islam a la mujer, el cambio de guardia en el Palacio Real y la Estatua de la Libertad, para desembocar en "Smell the Roses", el tema más rockero del disco, con una marcha que recuerda al inmortal "Money", de The Dark Side of the Moon.
El final es con una trilogía de canciones enlazadas, hasta el punto en que parecen una sola. Por supuesto, la temática no es precisamente optimista. "Wait For Her" empieza como una plácida canción de amor, hasta que comprendemos que la mujer a la que el protagonista te pide que esperes, "llegue tarde o temprano", es la muerte. La breve "Oceans Apart" habla de la libertad como una amante a la que hemos abandonado, y el final, "Part Of Me Died", es una cruda enunciación de todos los males de este mundo, que nos sentamos cómodamente a contemplar por televisión, lo que vuelve a establecer una continuidad conceptual con The Wall.
Is This The Life We Really Want? no es, obviamente, el disco para animar tu fiesta, pero sí una nueva y convincente prueba de la capacidad de la música rock para amplificar y denunciar injusticias, con Roger Waters como uno de sus más elocuentes portavoces.