Las mujeres y los hombres se diferencian en muchas cosas; también en cómo suben y bajan de peso. El cuerpo está compuesto por huesos, músculos, grasa corporal y líquidos, entre ellos, la sangre. Cuando te pesás, el número que te dice la balanza es la suma de todo lo anterior.
Los hombres tienen 40% de su peso en músculos mientras que las mujeres tienen sólo 30%. Lo contrario pasa con el tejido adiposo: ellas presentan un 30% de “grasa”, en cambio ellos alrededor del 20%.
La grasa en el hombre está localizada en el abdomen y sirve como combustible para el ayuno, mientras que en la mujer está en la cadera y los muslos y es una fuente de energía para el embarazo y la lactancia, momentos de grandes necesidades.
Por eso, si una pareja se propone bajar de peso juntos, él lo hará más rápido y en mayor cantidad porque tiene más músculo, mientras que ella lo hará más lentamente y en menor magnitud por tener más tejido graso.
Y esto, no es más que una realidad: ni bueno ni malo. Lo tenés que saber de antemano, sino dará lugar a malos entendidos: “Yo me cuido más que él y, sin embargo, él baja más rápido que yo”, podría ser la queja de una mujer.
No debe haber competencia en quién baja más rápido: en ambos sexos el descenso saludable de peso tiene sus tiempos para que sea duradero y útil. Las dietas con excesivas restricciones (“Bajá 10 kg en 10 minutos”) son como el cuento de La Cenicienta, a las 12 de la noche, el carruaje se convierte nuevamente el calabaza.
(*) Médico Especialista en Nutrición-Diabetes, Subdirector de la Carrera de Médicos Especialistas en Nutrición Fundación Barceló y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (MN 57648).