_Me gustaría que nos cuentes cuál fue la búsqueda musical que te llevó a grabar “Anda en el aire”. Por lo que uno percibe, te llevó varios años de trabajo.
_ Es verdad, este disco me llevó más de dos años. Esta obra significa para mí un volver a arrancar después de una posta. Por ejemplo, este disco me encuentra cantando algunos temas, algo novedoso para mi obra discográfica. Las grabaciones de este disco se fueron realizando a lo largo de un año, en distintas sesiones de grabación. Yo tenía muy claro el concepto, la estética pero se fue construyendo lentamente.
_ ¿Por qué ahora aparece el canto en forma protagónica?
_ Es verdad que era una decisión artística arriesgada. Estoy muy feliz con la devolución que me hizo, la gente, los colegas y la prensa, en relación a las canciones cantadas. Para mí, suma muchísimo. Yo siento que cantar es una necesidad espiritual. Yo siempre asumí una voz cantante con al armónica; hace mucho tiempo que sentía ganas de cantar un fragmento de una canción. A mí me parece interesante que cuando trabajo con un poeta pueda cantar la canción.
_ Me gustaría que nos cuentes sobre el trío que armaste para este disco. ¿Qué colores te aporta? ¿Qué vuelta le encontraron al sonido?
_ Lo primero que te cuento es que el guitarrista Leonardo Andersen y el contrabajista Pablo Motta no se conocían. Nunca habían tocado juntos. Esto es raro en el medio musical de Buenos Aires. La verdad es que la química entre los tres fue inmediata. Yo quería un formato acústico que no quiere decir suave. Me interesaba que las maderas tengan un rol protagónico. Me encanta el contrabajo con instrumento y Pablo Motta es un instrumentista fuera de serie que maneja la música clásica, el jazz y el tango/folklore, por su padre. El contrabajo tocado de esta manera abre un mundo sonoro muy grande. Por su parte, Leonardo Andersen es un músico muy joven y muy destacado. Todo esto sumado hacen un combo que me encanta.
_ El repertorio que elegiste para este disco es muy singular.
_ El hilo conductor es la música argentina, sin diferencia tango o folklore. También, hay algunas excepciones como un movimiento de Vivaldi o un tema de Spinetta. Todos estos temas se hermanan en la canción.
_ Te voy a preguntar sobe algunos temas puntuales del disco. Me imagino que interpretar un tema de Raúl Carnota es muy significativo para vos por los tiempos compartidos.
_ La verdad es que grabamos mucho y viajamos un montón con Raúl. “Como flor de campo” es una zamba bellísima que también me hace acordar mucho a Mercedes Sosa. Si no me equivoco, es la única zamba de este disco.
_Me llamó gratamente la atención el tema que elegiste de Spinetta. ¿Qué te deslumbró de esa canción para integrarla al disco?
_ Es un tema que me gusta muchísimo. Este tema, está compuesto en 3 x 4, una suerte de valsesito. El flaco tiene un monto de temas en ese estilo. No sé si muchos artistas de rock, tango y folklore utilizan tanto el 3x4. Para este tema, sumamos al admirado Claudio Cardone para que nos sume unos teclados. Obviamente, son teclados muy Spinetta porque Claudio trabajó un década con el flaco.
_ Te saco un poquito del disco y te llevo a la experiencia que viviste arriba del escenario con Egberto Gismonti. ¿Qué significó para vos ese momento?
_ Yo lo conocí el día del concierto a Gismonti porque me lo querían presentar los productores. Cuando me encontré con el nos pusimos a hablar de música y de armónicas. Yo le mencioné su tema “Agua y vino”, que a mí me encanta y el me preguntó si la sabía en la armónica. La hicimos juntos en la prueba de sonido y salió bellísima. Yo estaba deslumbrado de poder tocar con ese monstruo de la música mundial que es Gismonti. En ese momento, me invitó a participar del concierto. Sentí algo similar de lo que me ocurrió cuando compartí el escenario con Mercedes Sosa o Toots Thielemans. La verdad es que la versión salió hermosísima. El abrazo de Gismonti que eme llevé ese día no me lo olvido más. Es más, me dijo que esta era el primero de muchos cruces musicales.