A raíz de los festejos con pirotecnia durante la Nochebuena, un joven de San Juan que padece trastorno de espectro autista (TEA) debió ser internado por convulsionar por los estruendos.
Este hecho encendió las alarmas de parte de la sociedad que empieza a entender lo que el uso de fuegos artificiales con ruido provoca en ciertos grupos: bebés, ancianos, ex combatientes de Malvinas, animales, hipoacúsicos, y personas con autismo.
En diálogo con LT10, Miriam Belenguer, una mamá que forma parte del grupo "Hablemos de Autismo", expresó su descontento respecto al despliegue de pirotecnia que realizó el gobierno de la provincia el viernes pasado en la "Noche de los deseos". "Me parece bárbaro el festejo, pero no fue para todos", dijo Miriam sobre este "mensaje contradictorio de un Estado que tiene que ser protector".
Además, comentó sobre el desesperante hecho que le tocó vivir esa noche cuando quedó atrapada en el tráfico de Boulevard Gálvez con su hijo mientras se escuchaban las detonaciones en el Puente Colgante: "tuve que encerrarme en mi auto con música y tratar de contenerlo", detalló la mamá que tuvo que bajarse y pedir que los demás automóviles abran paso para poder llegar a su casa y que su hijo "se sienta protegido".
Entre los efectos que los fuegos artificiales ruidosos tienen sobre la gente que padece trastorno autista, "hay chicos que se golpean la cabeza contra la pared, o les sangran los oídos", explicó la integrante de "Hablemos de autismo".
"La ordenanza de Pirotecnia Cero fue un paso muy grande para Santa Fe", manifestó Miriam que siente que todavía falta que más concientización. "Para nosotros no son fiestas, sino torturas", declaró, a la vez que informó que van a presentar una nota tanto al gobierno provincial como al municipio para que se revean este tipo de acciones.
"Nosotros necesitábamos el ejemplo desde arriba", se lamentó Miriam.