Llevaban mucho tiempo sonando las campanas y al final ha sucedido: GoPro desmantela su división de drones y despide a más de 250 empleados que hasta el momento estaban ocupados, mayormente, en este apartado de la compañía. La empresa lo ha anunciado en sus resultados preliminares del que conforma su cuarto y último trimestre fiscal de 2017, alegando que el mercado es "extremadamente competitivo" y que "las normas reguladoras de Europa y EE.UU. son hostiles y reducirán el mercado de GoPro en este segmento durante los próximos años".
La historia del drone Karma, lamentablemente, ha sido en su mayor parte una sucesión de más penas que alegrías en un mercado en el que DJI atesora su primera posición de manera que para el resto de competidores es harto complicado poder hacer frente a su hegemonía. GoPro califica el mercado actual de dones como "insostenible", quedando sentenciado el Karma a ser primer y único drone. Seguirán vendiendo este producto hasta que las existencias del mismo se agoten y, aseguran, continuarán ofreciendo soporte para todas las personas que cuenten con una unidad del mismo.
Este nuevo despido de empleados es el cuarto que se deja ver en la compañía desde el año 2016, dejando claro que los drones no son lo único que no está funcionando de la manera en la que debería hacerlo. Con este último despido la empresa pasará de contar con 1.253 empleados a menos de 1.000 en todo el mundo y quedan serias dudas sobre el futuro de una compañía que parece perder de manera constante el favor de los clientes.