El cerebro de un adolescente tiene particularidades y esas particularidades se pueden traspolar a la sociedad argentina. Ese es el planteo principal de la columna de esta semana del máster en Neurociencias Hugo Valderrama, en el programa Todo Pasa.
El egocentrismo es una de esas características de ambos: esa convicción de que lo individual, lo propio, predomina sobre el resto. “Cuando uno es adolescente no ve al otro, hay menos empatía”. ¿No es similar nuestro comportamiento como comunidad?
También creemos que lo que hacemos no afecta a los demás, siendo que –opina el Dr. Valderrama- desde lo más pequeño (como tirar un papel al piso) puede influenciar enormemente la realidad, los hábitos y las acciones de los demás.
“Tenés que cumplir con lo tuyo y ayudar a la neurona de al lado”, señala el especialista, y agrega que la poca visión comunitaria a largo plazo es otra de esas particularidades que lo llevan a pensar que Argentina tiene un cerebro adolescente.
¿Cómo “madurar” como sociedad? “Eso se moldea con estímulo. Y alguien tiene que dar el ejemplo”, insta Valderrama.
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