Los comicios presidenciales más polarizados de la historia reciente de Brasil se iniciaron este domingo a las 8:00 (hora local). Alrededor de 147 millones de ciudadanos del vecino país decidirán si esta votación es decisiva o si se debe esperar un nuevo turno dentro de tres semanas, cuando tendría lugar una eventual segunda vuelta.
Jair Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 63 años, tenía en los últimos sondeos entre 40% y 41% de intención de voto, frente al 25% para Fernando Haddad, de 55 años, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y candidato apoyado por el expresidente Lula da Silva, quien fue vetado para participar en esta elección.
Según consigna el diario El País de España, "una victoria de Bolsonaro en primera vuelta supondría un maremágnum político para el país más grande de América Latina", ya que se trata de "un político racista y machista, que alzaría al poder a los ideales más retrógrados de la región, de acuerdo con la ola reaccionaria que sacude buena parte del mundo, y que sumiría a Brasil en una era incierta después de los años más convulsos tras el fin de la dictadura en 1985".
"Dos décadas a las que, precisamente, Bolsonaro se retrotrae constantemente con añoranza, cuando no admiración", completa el medio europeo.
Luego, en el caso de necesitarse una segunda vuelta, la polarización se acentuaría aún más, ya que ambos candidatos tienen, por cada porcentaje de intención de voto, uno todavía mayor de rechazo: Bolsonaro, el 44%; Haddad, el 41%.
Al mismo tiempo, la fragmentación entre los partidarios de Bolsonaro y los del PT ha reducido las opciones más moderadas y obligará al resto de los postulantes a la presidencia a adoptar una posición clara en la segunda vuelta. El silencio, en este caso, también se considera un apoyo tácito a Bolsonaro.