Brasil eligió a su nuevo presidente en ballottage y los ojos del mundo estuvieron puestos sobre el gigante de América Latina que vivió una de las elecciones más polarizadas de su historia, con dos perfiles antagónicos: Jair Bolsonaro, el exmilitar de extrema derecha que quiere armar a la población y que reivindica la dictadura, contra Fernando Haddad, el reemplazante del izquierdista Lula da Silva que intenta despegarse del escándalo de corrupción.
Miles de personas salieron a las calles de San Pablo, Rio de Janeiro y otras ciudades para festejar la victoria del polémico candidato, ex capitán del Ejército del hasta ahora pequeño Partido Social Liberal (PSL).
Las dos principales encuestadoras de Brasil, Ibope y Folha, habían indicado este sábado una victoria de entre 55% y 56% para el candidato famoso por defender a la dictadura militar brasileña, y cuya propuesta principal fue liberar el porte de armas para la lucha contra el delito.
El capitán de la reserva del ejército brasileño y diputado federal desde hace más de dos décadas alcanzaba el 55,24% de los votos y superó de esta forma al candidato petista Fernando Haddad, que obtuvo el 44,76%, de acuerdo a los resultados oficiales publicados por el Tribunal Superior Electoral, con el 99,27% de los votos escrutados.
La participación en estas elecciones marcadas por la polarización, el descrédito del PT luego del encarcelamiento de su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, y el surgimiento de la polémica figura de Bolsonaro, un ultraderechista que promete una guerra contra el crimen y la corrupción y que fue apuñalado en plena campaña, se ubicó en el 78,73%.
Bolsonaro, es un capitán de la reserva del Ejército fuertemente criticado por defender dictadura que imperó entre 1964 y 1985 y por sus opiniones de talante racista y homofóbico. Sin embargo, estuvo al frente de todas las encuestas desde hace meses.
Haddad entró en campaña el pasado 11 de septiembre, cuando fue anunciado como sustituto de Luiz Inácio Lula da Silva, hasta ese momento candidato del PT pero vetado por la justicia electoral por su condición de presidiario y por estar condenado a doce años por corrupción.
Bolsonaro consolidó y amplió el apoyo recibido el 7 de octubre en la primera vuelta, cuando llegó al 46,03%, a sólo cuatro puntos de imponerse en esa instancia, y logró alejarse de Haddad, que alcanzó el 29,28%, y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), que llegó al 12,47%.
El nuevo mandatario del país más grande y poblado de América Latina asumirá en el Palacio do Planalto en Brasilia el 1 de enero de 2019 junto a su vicepresidente Antônio Hamilton Mourão, ex general del ejército que pasó a retiro este año para sumarse a la campaña.