Peregrinos de todo el mundo, así como palestinos, empezaron a congregarse el lunes por la mañana para celebrar la Navidad cerca de la Basílica de la Natividad, erguida sobre la gruta donde nació Jesús según la tradición cristiana.
Como es costumbre, scouts palestinos desfilaron al son de gaitas en la plaza del Pesebre, situada cerca de la basílica donde está erigido un imponente árbol de Navidad.
En un ambiente festivo, se escucharon por los altavoces cánticos de Navidad en árabe. "Es una gran oportunidad estar en un lugar tan simbólico de la Navidad", afirmó Léa Gudel, una estudiante francesa de 21 años.
En 2017, las celebraciones de Navidad en Belén --ciudad palestina en Cisjordania ocupada por Israel desde hace más de 50 años-- quedaron ensombrecidas por las tensiones derivadas tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
Esta decisión unilateral provocó manifestaciones casi diarias en los territorios palestinos, incluso en Belén, ciudad separada de Jerusalén por un muro erigido por las autoridades israelíes.
"Pero pese al contexto político, cada vez me siento más feliz de celebrar (la Navidad)", dijo Abeer Nassr, una mujer acompañada por sus hijos.
El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del patriarca latino de Jerusalén, llegó al iniciarse la tarde a Belén, donde celebrará la tradicional misa de medianoche.
En ella participarán el presidente palestino Mahmud Abas, así como otros dignatarios palestinos. Tras varios años de retroceso en las visitas, debido a las consecuencias del conflicto israelo-palestino, Belén ha tenido en 2018 el flujo de visitantes más importante, según responsables palestinos encargados de turismo.