Luego de que trascendiera un estudio del Conicet y la UNL sobre la existencia de tres enfermedades aviares en las palomas que habitan el Palomar santafesino, la Subsecretaría de Gestión Ambiental del Municipio se puso en contacto con los investigadores que elaboraron el informe.
En función de una serie de encuentros, se decidió tomar medidas en dos sentidos: "ciertas tareas tendientes al mantenimiento del espacio para mejorar las condiciones sanitarias; y otras para el control poblacional" de las aves. Así lo especificó por Primera Tarde el titular de la mencionada repartición, Marcelo Cappi.
Ese "control poblacional" implica que las palomas están recibiendo un anticonceptivo llamado nicarbazina, que fue utilizado en Barcelona con muy buenos resultados hace décadas atrás. Ese producto hace que aunque sigan poniendo huevos, éstos no tengan pichones adentro.
Finalmente, el mantenimiento de la Plaza Colón y ambiente circundante (incluyendo el Palomar) consiste en escurrimiento del piso, hidrolavado del mismo y fumigaciones constantes.