Luego de la muerte de una joven mujer con obesidad mórbida que estaba internada en el Cullen, el tema se puso en agenda. Desde el Cemafe indican que si bien es una problemática "variable" en número hay al menos 300 pacientes en “seguimiento y tratamiento” de esta enfermedad, según explicó el Dr. Manuel Ferreira, director de la institución.
Ferreira explicó que se dan hasta 40 turnos mensuales y los lugares ofrecidos tampoco son suficientes para satisfacer la demanda. “Es una patología que va creciendo y cada vez hay más casos y los equipos (médicos) no son suficientes”, señaló. Incluso en el sector privado hay problemas porque de los pacientes que se atienden en el Cemafe muchos tienen obra social pero las mismas no contemplan los tratamientos y no tiene cobertura.
Además del caso de la mujer que murió en el Cullen, Ferreira indicó que hay otros casos. Uno “emblemático” en San Jorge y otro en Gálvez. Cuando se trata de pacientes de otras localidades el traslado de los mismos a Santa Fe también se dificulta por eso “hay que formar equipos locales para atender esta problemática”, explicó.
Un dato llamativo, señala Ferreira, es que ya no se ven en la provincia de Santa Fe casos de desnutrición pero sí crecieron los de malnutrición y problemas de obesidad.
En cuanto a la obesidad mórbida que implica un riesgo de vida para el paciente, no es algo que sucede de repente se pasa por varias instancias de sobrepeso y de obesidad hasta que desemboca en obesidad mórbida. Al inicio, avanza de manera silenciosa, pero una vez que se consolida es muy complejo y lleva mucho tiempo para ser tratada. Su tratamiento requiere un equipo multidisciplinario y “no hay soluciones mágicas”, explicó.
Según los pacientes que tiene el Cemafe, es una patología que se observan más en los adultos jóvenes. Aunque en la niñez y adolescencia se pueden ver indicios de un cuadro de obesidad a futuro. “Es una enfermedad que va dando señales, si bien hay tratamiento para la obesidad mórbida, lo ideal sería prevenir que llegue a esa instancia”.