Muchas personas sufren de dolores de cabeza, pero no todos los dolores de cabeza son iguales: algunos pueden ser leves, y otros pueden llegar a ser realmente "discapacitantes", sin dejarnos trabajar, actuar o pensar con tranquilidad. Una de cada siete personas padece migraña, y dos de cada siete sufren de cefaleas tensionales.
En su columna semanal para Todo Pasa, el neurólogo y Máster en Neurociencias, Hugo Valderrama, habló sobre los distintos tipos de dolores de cabeza, los síntomas de cada uno de ellos, y el tratamiento para evitarlos o combatirlos.
Dependiendo de su intensidad, los dolores de cabeza pueden dividirse en tres grandes categorías: neuralgias, cefaleas tensionales y finalmente la migraña.
En el primer caso, y como su nombre lo indica, la neuralgia viene de un nervio que conduce sensibilidad y se altera en algún sector del cuerpo. Cuando es facial o de cráneo, es típico que duela el trigémino, nervio que maneja la sensibilidad de la cara. Si este se inflama, el dolor puede ser muy rápido emulando un golpe de electricidad corto, que generalmente pasa rápido.
El caso de la cefalea tensional es la que se da por contractura muscular, principalmente en la zona cervical, occipital (en la nuca) y a veces se siente como un dolor "en vincha", alrededor de la cabeza. La intesidad de este dolor es de leve a moderada, más suave que la migraña y hay que prestar especial atención ya que puede convertirse en un dolor crónico de no tomar los recaudos necesarios.
Finalmente, la migraña es un tipo de dolor de cabeza de intensidad moderada a severa. Generalmente se presenta en la mitad de la cabeza, pudiendo fluctuar de un lado u otro, y tiene forma de puntada o latidos de dolor. Viene acompañada muy frecuentemente de náuseas o vómitos, y una especial molestia a la luz y los ruidos.
A su vez, tres de cada diez pacientes diagnosticados con migraña, tienen lo que se denomina "auras": sufren una distorsión de la sensibilidad y la visión, viendo "puntos de luz", hipersensibilidad, o sensación de cosquilleo en la cara.
Distintos dolores, distintos tratamientos
Finalmente, el especialista destacó la importancia de diagnosticar certeramente el tipo de dolor de cabeza para definir el tratamiento adecuado, que puede ser tanto farmacológico como no farmacológico.
En cuanto al tratamiento no farmacológico, la migraña puede prevenirse desde el alimento, eliminando los embutidos, el chocolate, y algunas frutas, para no incrementar la cantidad de sustancia en el cuerpo que genera ese dolor derivado de la migraña.
Sobre tratamientos farmacológicos, detalló que una vez que el dolor está desencadenado, debe cortarse rápidamente evitando un proceso difícil de frenar. Apenas comienza el dolor, lo adecuado es tomar un analgésico, que puede ser de los más comunes (como el ibuprofeno o el paracetamol, de venta libre), hasta llegar a productos específicos, de venta con receta, para combatir el tipo de sustancia que se libera en el cerebro durante la migraña.
Si el dolor se convierte en algo crónico (por ejemplo, una vez a la semana), hay que tomar medicación preventiva que intenta que esas
sustancias no se liberen.
En todos los casos, Valderrama remarcó que hay que evitar la automedicación, y la situación debe ser evaluada por un profesional médico, que, dependiendo de las características de cada paciente, sabrá cuál es el remedio adecuado.