En prácticamente todos los contextos por los que uno se mueve, es habitual escuchar la idea de que no importa dormir poco en la semana porque, de todas maneras, esas horas se pueden recuperar los sábados y domingos. Sin embargo, un estudio publicado en Current Biology sugiere que esta estrategia no necesariamente ayuda a revertir los efectos negativos de la deprivación del sueño sobre el cuerpo.
Se sabe que dormir pocas horas es un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad y diabetes. En el estudio se evaluaron los efectos sobre la salud de tres estrategias diferentes de sueño durante un período de dos semanas. Los participantes de un primer grupo dormían hasta 9 horas por noche; los del segundo, hasta cinco horas por noche y los del tercero, cinco horas por noche durante la semana y lo que necesitaran el fin de semana.
Lo que se encontró fue que quienes durmieron menos de siete horas por noche, independientemente de que después las "recuperaran" durante la semana, experimentaron cambios significativos en su metabolismo, entre los cuales pueden contarse el descenso en la sensibilidad a la insulina y un aumento no despreciable de peso corporal.
El mejor consejo, entonces, parece ser que hay que mantener una cantidad constante de horas de sueño, independientemente de que sea lunes, martes o sábado.