Cuando de cefaleas primarias se trata, estos dolores son comunes, generalmente benignos y transitorios; sin embargo, pueden tener distintos tipos de intensidad, causas, consecuencias y remedios.
Tensional
Es el más común. Se trata de un dolor opresivo, de intensidad leve o moderada, que habitualmente no impide hacer una vida normal.
Generalmente, se presenta un dolor o un peso que rodea la parte alta de la cabeza o ambos temporales. Puede durar unos pocos minutos o incluso varios días y no se acompaña de otros síntomas.
A pesar de que la causa exacta es desconocida, normalmente ocurre por la tensión que se hace en los músculos de los hombros, del cuello, del cuero cabelludo y de la mandíbula.
Además, suele relacionarse con el estrés, la depresión o la ansiedad. Quienes tienen tendencia a tener este dolor suelen trabajar demasiado, saltarse comidas, no dormir suficientes horas o dormir de más.
Tratamiento
Para las crisis leves se utilizan analgésicos suaves o antiinflamatorios no esteroideos. Además, el dolor suele remitir mucho con la actividad física moderada y ejercicios de relajación como el yoga. El tratamiento puede requerir medicación preventiva si los ataques son muy frecuentes o intensos.
Migraña
También llamada jaqueca, es muy frecuente. Aunque tiene como síntoma principal el dolor de cabeza intenso (que de forma característica afecta solo a la mitad derecha o izquierda), suele estar acompañado de náuseas o vómitos, sensibilidad a la luz o los sonidos, y -en la mayoría de los casos- es incapacitante.
El dolor puede estar precedido de manifestaciones neurológicas que consisten en trastornos visuales o sensación de hormigueo en labio, lengua y la mitad de la cara.
La frecuencia es muy variable, lo más usual es entre uno y cuatro episodios al mes que duran entre 4 y 72 horas si no se realiza ningún tratamiento; suele ser de gran intensidad y empeora con la actividad física.
A pesar de que los investigadores piensan que tienen una causa genética, hay factores que pueden desencadenarla, incluyendo estrés, ansiedad, cambios hormonales, medicamentos, demasiada o poca cantidad de sueño, sobreesfuerzo, y saltarse las comidas.
Es más probable que se sufra si se es mujer, si se tienen antecedentes familiares, o si se padece de problemas médicos como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, insomnio y epilepsia.
Tratamiento
El paciente debe aprender a vivir con ello. Más allá de la medicación, ayuda llevar una vida ordenada con rutinas y horarios estables de sueño, hacer ejercicio físico moderado, reducir el estrés, no saltarse las comidas y evitar el exceso de analgésicos.
Ramificada
La cefalea en racimos es uno de los dolores de cabeza más intensos. Ocurre en ataques unilaterales de dolor, típicamente en el área retro-orbital -es decir, tras la órbita del ojo-, asociados a síntomas y signos autonómicos del mismo lado, tales como lagrimeo, inyección conjuntival, rinorrea o congestión nasal, y agitación.
Se presenta en ataques sucesivos (racimos) en la misma zona de la cabeza o de la cara con una duración de entre 15 y 180 minutos, en momentos relativamente predecibles interrumpidos por períodos de remisión entre racimos que presentan también cierto grado de predictibilidad.
Los factores de riesgo podrían ser el estrés, algunos alérgenos y cambios estacionales; además, el ser hombre, tener más de 30 años, ingerir vasodilatadores (por ejemplo alcohol) y haber padecido un trauma cefálico, pueden ser factores de riesgo.
Tratamiento
Para los episodios agudos de dolor, los médicos suelen recomendar triptanes, la administración de oxígeno al 100% o lidocaína tópica.
También existen los tratamientos transitorios que se ocupan -en conjunto con la aplicación de tratamientos del episodio agudo y el inicio del efecto de los tratamientos preventivos- de lograr un control precoz de los ataques, aunque no deben utilizarse durante tiempo prolongado.