El estado permanente de estrés trae consecuencias, y nuestra piel también las sufre. Cuando la ansiedad que manejás es mucha, se empezará a manifestar en forma de distintos síntomas.
- Arrugas
Son parte del envejecimiento normal de la piel pero el estrés puede provocar que estas se produzcan antes de tiempo.
- Ojeras
No nos referimos a aquellas que consisten en una hinchazón en los párpados inferiores, sino en la aparición de manchas violáceas, y esto también es una señal de estrés.
Éste hace que aumente el flujo de sangre que es dirigido a los órganos, y esto puede generar que se rompan los capilares que se encuentran debajo de los ojos. La ruptura de los capilares no tardará en manifestarse en forma de ojeras.
- Piel reseca
Ante el estrés, el cuerpo produce una hormona llamada cortisol que hace que la piel retenga menor cantidad de agua, se pierda colágeno y elastina. Por esta razón, podrás notarla más seca, cosa que será más visible en el rostro y los labios.
- Acné
La ansiedad misma también te puede llevar a poner las manos en tu rostro y, de esta manera, engrasar la piel y tapar los poros.