Leonardo Burián no viajó a la pretemporada que el plantel realizó en Salta debido a que pretendía emigrar por cuestiones familiares. Entonces los dirigentes comenzaron a buscar un arquero para reemplazarlo.
La búsqueda no tuvo un final positivo, con lo cual José Vignatti y Pablo Lavallén lo convencieron para que se quedara en el Sabalero para afrontar una intensa temporada, donde el equipo se mantenía en vida en la Copa Argentina, en la Sudamericana y debía pelear por no descender en la Superliga.
Entonces el charrúa aceptó el compromiso y tuvo una magnífica Copa Sudamericana, siendo héroe en la definición por penales ante Argentinos Juniors y Atlético Mineiro, mientras que por la misma vía también lo fue en la Copa Argentina contra Atlético Tucumán.
Por eso luego de perder la final ante Independiente del Valle no pudo contener las lágrimas de tristeza, ya que como nunca antes Colón estuvo tan cerca de la gloria, que se le escapó de las manos en La Nueva Olla.
"Se juega incómodo, la pelota rueda de manera incómoda. Si hubiésemos convertido el penal hubiésemos tenido más tiempo, pero bueno así es el fútbol. Agradecerle todo el apoyo a la gente", indicó en la instancia el arquero.