Las paredes, el techo y las puertas son barreras que pueden limitar el alcance de nuestra red inalámbrica. Sin embargo, los técnicos que se encargan de definir los estándares de las comunicaciones inalámbricas y los fabricantes de los equipos, como los routers que todos tenemos en casa, han desarrollado estrategias para mitigar esta desventaja derivada del incremento de la frecuencia.
Una de ellas consiste en utilizar una gran cantidad de antenas no solo para incrementar la velocidad de transferencia estableciendo múltiples flujos de datos simultáneamente, sino también para reducir las interferencias y aprovechar las reflexiones en el techo y las paredes con el propósito de conseguir que la señal llegue a su destino con más eficacia.
Esta estratagema puede combinarse con la gestión inteligente de las antenas para saber cuáles nos interesa utilizar en un instante determinado, priorizando aquellas que apuntan en la dirección en la que está colocado el dispositivo que debe recibir la señal, o bien aquellas que hacen posibles las reflexiones en las paredes y el techo que mejoran la comunicación.
Pero estos no son los únicos obstáculos físicos que obstruyen la circulación de la señal Wi-Fi en el interior de nuestras casas. Otra barrera es el ruido generado por otros dispositivos, como los teléfonos domésticos inalámbricos, los hornos microondas, los intercomunicadores domésticos sin cables o los monitores inalámbricos para bebés, entre otras opciones. Todos estos dispositivos compiten para utilizar el mismo medio empleado por nuestra red WiFi, interfiriendo con la señal inalámbrica que transporta nuestros datos.
Además, hay otro reto adicional al que debemos enfrentarnos si vivimos en un edificio: los routers y los puntos de acceso inalámbrico de nuestros vecinos pueden utilizar el mismo canal que nuestro router, lo que suele tener un impacto negativo tanto en el rendimiento como en la cobertura de la señal.
Cómo mejorar la cobertura de nuestra red sin gastar una fortuna
Todos estos problemas tienen solución. Además, afortunadamente, es posible resolverlos o, al menos, mitigarlos en cierta medida sin gastar dinero en más hardware. Las soluciones que os proponemos son lo suficientemente simples para que cualquier usuario pueda llevarlas a cabo, por lo que merece la pena ponerlas en práctica. Lo peor que puede pasar es que no sean suficientes para proporcionarnos cobertura inalámbrica en toda nuestra casa, pero cabe la posibilidad de que sí consigan resolver nuestros problemas de comunicación. Esto es lo que os recomendamos:
1. Si tu router utiliza tanto la banda de 2,4 GHz como la de 5 GHz y has notado que el rendimiento y la cobertura de tu red WiFi no son los idóneos, cerciórate de que tus dispositivos se estén conectando a la red de 5 GHz. Su mayor frecuencia provoca que su capacidad de penetración sea menor, pero esto, a menos que tu casa sea enorme, no debería ser un problema debido a que los routers modernos utilizan la gestión inteligente de las antenas y las reflexiones murales para extender la cobertura. Lo que ganas, de paso, es que habitualmente la banda de 5 GHz está menos degradada por las interferencias porque hay menos redes inalámbricas y dispositivos que compiten por utilizarla.
2. Eliminar las barreras físicas de nuestra casa que se oponen a la propagación de la señal inalámbrica es difícil porque requiere hace una reforma que en la práctica no suele estar justificada por la extensión de la cobertura WiFi que perseguimos. Afortunadamente, hay otra opción mucho más sencilla, que consiste en colocar el router en una posición central en la vivienda, intentando que esté más o menos a la misma distancia de los puntos más alejados y opuestos de la casa. De esta forma es menos probable que queden zonas sin cobertura. Si, además, lo colocamos en una zona elevada, lo más cerca del techo posible, y abierta (es una mala idea meterlo en un armario o un cajón), estaremos propiciando que el alcance de la señal inalámbrica sea mayor.
4. En la medida de lo posible, alejar nuestro router o punto de acceso inalámbrico de los dispositivos que pueden interferir con él con más intensidad, como hornos microondas o estaciones de conexión de teléfonos inalámbricos domésticos.
5. Para evitar que nuestro router se sature con hay otras redes WiFi próximas que también usan el mismo canal, conviene averiguar cuál es y setear nuestro router para que use un canal que esté menos congestionado. Lo único que tendremos que hacer es acceder a la interfaz web de configuración de nuestro router y cambiar el canal por el que nos sugiere la app que hayamos usado para el análisis.