Guenter Schramm es un abogado argentino radicado en Málaga, España. Su trabajo lo obliga a estar en contacto con entre 80 y 100 personas a diario. El 8 de marzo comenzó con síntomas similares a un resfrío común cuando aún el viejo continente no había declarado la emergencia sanitaria por el coronavirus. Para ese día, Guenter ya era un enfermo más de COVID 19.
“Comencé el 8 de marzo con dolor de garganta y moco. Dos días después empecé con dolor de cabeza, fui a dormir una siesta y me desperté con 40º de fiebre”, contó al programa El Cuarto Poder.
Schramn fue aislado y se sometió a un estudio radiológico de pulmones, descartándose neumonía. El sistema sanitario español le sugirió mantenerse aislado en su casa y acudir a un centro médico sólo si los síntomas empeoraban y se agudizaba con algún cuadro respiratorio. No fue necesario practicarle el test, el virus ya circulaba. Sólo le recetaron el uso de Paracetamol si la fiebre era muy alta.
“Estuve 4 ó 5 días sin poder levantarme de la cama, con mucha tos y silbido en el pecho. Quedándome en la cama con reposo absoluto se me pasó todo, tomando Paracetamol 3 ó 4 días. Por una semana no tuve apetito, tenía un cansancio mucho más grande que el que tenés en una gripe normal. Con síntomas estuve 13 ó 14 días aproximadamente”, relató.
Se cree que el virus ingresó a Málaga durante un multitudinario Congreso de Medicina que se había desarrollado en febrero. “No hay que entrar en pánico pero hay que tener conciencia que es algo serio”, advirtió.