El 15 de agosto de 1981, San Lorenzo de Almagro lloró su descenso en los viejos tablones de Ferro Carril Oeste. El verdugo azulgrana fue Argentinos Juniors. La victoria 1 a 0 de los Bichos Colorados sentenció a los de Boedo a jugar en la segunda división.
Pero el 11 de mayo de 2002, en la penúltima fecha del Clausura, Unión fue partícipe de una situación extraña y que el destino lo puso allí. El tate visitaba el Nuevo Gasómetro, en ese momento los rojiblancos estaban comprometidos por el promedio, necesitaban una victoria que los ponga a cubierto del descenso directo. De vencer en el Bajo Flores, Argentinos Juniors sería equipo de la B Nacional.
El resultado fue positivo para los dirigidos por Kudelka, Unión ganó 4 a 0 con un gol de Capria en contra, Weisheim y dos tantos de Frutos. La tribuna tatengue festejó con algarabía la goleada, se salvó del descenso. La platea local también celebró, se consumaba la venganza del descenso de agosto de 1981.