El mundo comienza a tomar partido en el conflicto bélico entre Armenia y Azerbaiyán que día a día se recalienta.
El instigador de la ofensiva de Azerbaiyán fue sin lugar a dudas Turquía con su nefasto líder Erdogan, con claros anhelos de lo que fue el imperio otomano. Recordemos que por estos días este mandatario realiza una limpieza étnica de kurdos en Siria, interviene en el conflicto de Libia y se proyecta sobre islas griegas como Rodas para obtener hidrocarburos del lecho marítimo.
Por su parte, Rusia y algunas potencias asiáticas ex soviéticas que tienen población musulmana van a estar del lado de Armenia porque integran una suerte de Otan Euroasíatica. Ahora, en el caso de Rusia hay complejidades porque Putin le vende armas a Azerbaiyán.
En el caso de Iran, la lógica los pondría del lado de Azerbaiyán porque son musulmanes chiitas. Pero Iran tiene miedo que se fortalezca Azerbaiyán aliente el separatismo de los iraníes azerbaiyanos por lo tanto esta situación lo pone del lado de Armenia.
En tanto, Israel contra toda lógica cultural está del lado de Azerbaiyán. Israel le vende armas y Azerbaiyán le vende petróleo barato y le prestaría las pistas de aviones en una eventual guerra contra Irán.
El petróleo y el gas también es la clave para mantener neutral a Europa.
Finalmente, Estados Unidos tomaría posición por Armenia por la diáspora que se genero ante el genocidio que sufrió este pueblo.
"Todas las potencias que rodean a estos países pone en juegos sus negocios e intereses geopolíticos en este conflicto y nadie intenta frenarlo", subrayó Caludio Fantini, analista internacional de LT10.