El 1° de diciembre de 1995 se comenzaría a escribir el siniestro prólogo de lo que con el paso de los días, se convertiría en la peor pesadilla criminal de la que se tenga registro en la historia criminal de la ciudad de Santa Fe, un hito que marcaría solo por obra de las circunstancias el mojón indeleble en el aumento de los asesinatos en la capital provincial convirtiéndola -en 2007 con 116 homicidios y en 2014 con 155 asesinatos- en el territorio más violento de la República Argentina.
Ese día se fugaron cinco presos de la cárcel de Las Flores. El líder del quinteto fue Marcelo "el Chajá" Ferreyra, al punto que tuvo las llaves en sus manos para acceder a las puertas y consumar la evasión. Claro, un buchón de los penitenciarios de entonces, cobró sus favores en especie, y ese fue el precio de la libertad concedida. Hoy pasaron más de 25 años y la sola mención del caso conocido en todo el país como La masacre de Recreo, sigue generando conmoción.
Prófugos protegidos
La otra debacle fue que no hubo un oportuno aviso cuando fue consumada la evasión de los cinco presos de la cárcel a la Policía de Santa Fe, y esta es la razón que les aseguró la huida tranquila, tal vez una semana después recién fue reportado el caso a las autoridades, cuando los evadidos ya estaban seguros y bien lejos de la prisión. Pero, se incubaba entonces, la tragedia que se consumará días después. El Chajá Ferreyra ya estaba en Recreo, y apañado por sus amigos de entonces.
Preso y buchón de los carceleros
Marcelo Ferreyra, el Chajá, el buchón de sus carceleros, en la noche del 11 de diciembre pudo ingresar dentro de la vivienda 21° del barrio Hipotecario de la entonces localidad de Recreo, pretendía seducir a una adolescente de solo 14 años, Claudia, pero como no obtuvo la respuesta que esperaba y la férrea oposición de su madre, entonces consumó la matanza de toda una familia. Asesinó a la madre de la menor, Nélida Susana Toledo de Vega que por entonces estaba embarazada de 7 meses, y luego siguió con sus hijos menores, Alberto de 11 años, Daniel de 10, Sebastian de 8 y Cristian de un año y medio, al que asesinó introduciendo algodones en la boca y en las fosas nasales. Finalmente y para consumar todas las aberraciones posibles, violó sistemáticamente a la menor, a la que además pretendía prostituir para su beneficio personal, y por ese motivo salvó su vida la menor.
Séxtuple asesinato
En la tórrida tarde del 12 de diciembre de 1995, alrededor de las 17, y cuando el Chajá Ferreyra se durmió, Claudia de 14 años, logró escapar de las garras de la bestia que la dominó, saltó por una ventana primero y un tapial después, ganó la calle y le pidió auxilio a los vecinos y a su tío policía. El hombre llamó a la Comisaría de Distrito 16° -así se llamaba entonces- pidió refuerzos y actuó contra el hombre golpeando la puerta de la vivienda. Cuando Ferreyra intentó escapar, uno de los policías le pegó un balazo en una pierna, y cayó en la calle de tierra. Después, el tío policía de la menor y sus vecinos entraron a la vivienda y se encontraron con las seis personas asesinadas, una mujer embarazada de 7 meses y sus cuatro hijos.
Linchamiento
La noticia de la matanza de la familia Vega corrió como reguero de pólvora en Recreo, y los vecinos tomaron parte del asunto, ya que quisieron sacarlo a Ferreyra del interior de la ambulancia y lincharlo. Sí, quisieron lincharlo. Tuvieron que actuar los policías que fueron llegando desde la Comisaría 16° de Recreo, y desde Santa Fe, los oficiales y suboficiales del Cuerpo Guardia de Infantería CGI al mando del entonces comisario principal Gabriel César Leegstra y la presencia también del jefe de los pesquisas de Unidades Especiales de entonces, comisario inspector Walter Albornoz. También, el juez de instrucción en turno de entonces, doctor Carlos Ferrero, llegó al lugar.
Conmoción
El juez penal Ferrero, Albornoz y Leegstra, accedieron al interior de la vivienda. Estuvieron por espacio de varios minutos, y cuando salieron del interior del inmueble, sus rostros mustios y desencajados fueron una postal inequívoca que dejaban entrever la medida de la tragedia. El magistrado, como pudo sacó fuerzas y se sobrepuso al momento, y muy lacónico dialogó con algunos periodistas, pidió reservas, y no dio detalles. Después, agachó la cabeza, habló con los peritos y entró nuevamente a la vivienda. Se hizo de noche. Después, y antes de la medianoche, cuando finalizaron el trabajo de la realización de los peritajes criminalísticos, los cuerpos de las víctimas fueron retirados con destino a la morgue judicial. La tristeza y el espanto se apoderaron de todo Recreo, de toda la provincia de Santa Fe y de toda la República Argentina. Estupor sin medidas y sin tiempo.
Indemnizada
Claudia, la única sobreviviente de la masacre, logró rearmar como pudo su vida. El estado provincial la indemnizó con algo más de 1 millón 400 mil pesos en 2003, por la demanda iniciada en 1997, al considerar que el estado santafesino fue responsable de incumplir la debida custodia de Ferreyra que se terminó escapando de la cárcel de Las Flores, y eso le permitió llegar a Recreo y consumar su múltiple y aberrante masacre. Esa decisión quedó firme en una sentencia después de que la Corte Suprema de Justicia confirmó los fallos de primera y de segunda instancia