Colón tuvo temple y obtuvo un triunfo notable ante Platense por 3-1, que le posibilitó escaparse en la cima de la zona A de la Copa de la Liga Profesional. Volvió a ganar de visitante, donde se siente muy cómodo y, por si fuera poco, alcanzó una meta pendiente en este segundo ciclo de Eduardo Domínguez como entrenador: dar vuelta un resultado adverso.
Una parte coyuntural de la actual campaña está sustentada en la solidez, con apenas dos goles en contra y una letalidad en ofensiva. El dato es que siempre empezó ganando, pero había dudas sobre lo que podía pasar si le tocaba arrancar abajo. En la Copa Diego Maradona nunca tuvo reacción y siempre que empezó perdiendo se terminó quedando con las manos vacías.
Cayó ante Independiente 2-1, Gimnasia 2-0 y Talleres 2-0, todos en el Brigadier López. El último detalle se dio contra Argentinos Juniors en la Copa Argentina, donde fue doblegado 1-0 y, a la postre, eliminado.
Por eso este 3-1 ante Platense espanta los fantasmas que había en torno a la personalidad de este grupo, que recibió un duro mazazo con el golazo de Facundo Curuchet, pero que sirvió a la vez de despertador para reponerse y alcanzar su sexto triunfo en el campeonato.