Estar siempre cansados no es normal, disminuye la calidad de vida y puede esconder alguna patología que hay que atender. Estos son once de los posibles motivos:
1. Dormís poco
Si sos de los que te quedás algunas horas viendo series o usando el celular o la computadora, la luz azul de los dispositivos inhibe la producción de melatonina, hormona que naturalmente producimos para dormir y que empieza a actuar a medida que la luz declina. Si sigue habiendo luz, el cerebro interpreta que es de día y no hay que dormir. Cuando nos metemos en la cama, que ya de por sí es más tarde de lo debido, el sueño tarda en aparecer.
2. Exceso de estrés
Es una reacción natural del cuerpo ante una situación de emergencia. Pero cuando se hace crónico, que es la exposición constante a situaciones de agobio, aparece el cansancio, la fatiga, la desgana, la irritabilidad y la sensación de bloqueo mental. Un primer paso es revisar cómo organizás tu agenda, tu propia autoexigencia (no podés ser perfeccionista con todo) y asumir que tal vez tenés dependencia de la aprobación de los demás.
Si la situación empieza a debilitarte demasiado o hay síntomas de ansiedad o depresión, buscá un psicólogo o un psiquiatra por si hay que abordar con tratamiento farmacológico.
3. Sos sedentario
No es malo pasarse un fin de semana sin hacer nada en particular y quedarte puertas adentro. El problema es cuando esa es la pauta habitual ya que altera el patrón de sueño.
Tras hacer cualquier tipo de actividad física hay un cansancio saludable que va a ayudar a dormir mejor. Cuando no hay actividad de ningún tipo, los músculos se debilitan y la salud cardiovascular empeora. Por eso cualquier pequeño esfuerzo te cuesta horrores.
4. Anemia
Es un un déficit de hierro, mineral imprescindible para la formación de la hemoglobina encargada de llevar oxígeno a las células del cuerpo, incluido el cerebro. Si escasea lo vas a notar como agotamiento, dolor de cabeza, mareos o somnolencia. Aunque la receta de las abuelas sea siempre comerse un par de churrascos (tres kilos de kale si sos vegano), no siempre es la solución.
Pero puede haber otras razones, como que se pierdan más hierro y glóbulos rojos de los que crea el cuerpo (atención a las menstruaciones muy abundantes o algunos deportes con alta destrucción de hematíes, como los ultramaratones) o que el cuerpo no pueda absorber bien el hierro que se consume por una enfermedad celíaca o enfermedad de Crohn.
Si ves que tu dieta no tiene defectos, pero te sentís agotado, es mejor consultarlo con el médico antes que comprarte un suplemento de hierro por tu cuenta y riesgo. De paso evitá mezclar en la misma comida alimentos con hierro y taninos (vino, café, chocolate), ya que dificultad su absorción. O, al menos, esperá 60-90 minutos para tomarlo.
5. Falta de vitamina B12
Para que el cuerpo fabrique glóbulos rojos hace falta esta vitamina. Se encuentra en niveles aceptables en todos los alimentos de procedencia animal, pero si sos vegano sí o sí debés suplementarte.
Con un análisis de sangre podemos contar las células sanguíneas y medir el tamaño de los glóbulos rojos. Si son muy grandes o hay pocos la causa de la anemia podría ser falta de vitamina B12, aunque hay que descartar otras causas.
6. Apnea del sueño
Dormís tus ocho horas diarias, pero te levantás cansado y te tirás el resto del día medio zombie. Preguntale a tu pareja si roncás por la noche o si, de pronto, dejás de respirar más de lo normal. Podrías tener apnea del sueño.
7. Demasiada empatía
Tomarse los problemas ajenos como propios o involucrarse demasiado en cuestiones que exigen decisiones delicadas, pero que no están en nuestro poder, puede llegar a agotar.
Quienes constituyen personalidades demasiado empáticas son, a su vez, personas muy influenciables. Esto provoca un profundo agotamiento, más cuando casi siempre ocupan la posición de cuidadores o escuchadores. Esta fatiga por compasión provoca cansancio físico y emocional,y puede derivar en un riesgo a desconectarse emocionalmente de sí mismos, asumiendo los problemas de los demás como propios.
8. Problemas con el gluten
Tanto la enfermedad celiaca como la intolerancia al gluten pueden provocar dolores de cabeza o de las articulaciones y cansancio. En el caso de la celiaquía puede aparecer incluso anemia.
9. Sufrís astenia (disminución de la fuerza muscular) primaveral
Es llegar el buen tiempo y, de pronto, sentirte como si te dieran una paliza. Bostezos, cansancio, irritabilidad, inapetencia, llegás a tu casa como si no pudieras con la vida y no entendés bien por qué. Tenés astenia primaveral.
Los cambios de estación causan una disminución de la betaendorfina, que es la hormona que produce bienestar en el organismo. Es una patología leve que dura entre una semana y quince días, más o menos lo que tarda el organismo en adaptarse a los días más largos de sol y a las nuevas temperaturas.
10. Hipotiroidismo
Comés bien, saludable y equilibrado. Puede que incluso hayas ganado algo de peso. Podría ser hipotiroidismo: tu glándula tiroides tiene dificultades para fabricar sus hormonas (la más importante es la tiroxina) y tu metabolismo no funciona bien.
Son frecuentes síntomas inespecíficos como cansancio, depresión, disminución de la memoria, piel seca, caída del cabello, etc.
Puede ser porque tomás poco yodo con la dieta (consumí leche, pescado y sal yodada). Pero también puede haber un proceso autoinmune e, incluso, algún tumor. Consultalo con tu médico.
11. Entrenás demasiado
Puede que el programa de entrenamiento sea demasiado exigente para tu nivel o que duermas poco y no termines de recuperarte. Te levantarás cada día más cansado y tu rendimiento deportivo será cada vez peor. Además, tenés muchas chances de lesionarte.