La partida de Dante Fernández se convirtió en un duro golpe para el fútbol santafesino en general y para Unión en particular, debido a su gran legado que dejó como goleador del equipo de 1989 que logró el ascenso tras vencer en las dos finales históricas a Colón.
El Búfalo también jugó en otros clubes del fútbol argentino, pero se enamoró de la ciudad, donde se estableció y continuó con su actividad laboral una vez que decidió colgar los botines.
Es así que se desempeñó como chofer del equipo Diez en Deportes, con quien compartió vivencias irrepetibles, en tanto que también participó de la mesa de café de Diez en la City, junto a exjugadores de Unión y Colón, donde se armaban calurosos debates sobre la actualidad del fútbol santafesino.