La segunda ola del coronavirus golpea fuerte a todas las ciudades. Incluso a aquellas que en un principio pudieron cerrarse y bajar los casos de contagios.
Sin embargo, ahora la situación es de las más complicadas para San Justo. Su intendente Nicolás Cuesta, explicó que “en la primera ola, fuimos la última ciudad que tuvo casos. Esta vez todo lo contrario”.
El problema radica en que San Justo tiene “una movilidad muy alta hacia la ciudades de Santa Fe y Rosario”, lo que provoca que la situación sanitaria este “al filo”.
“En el SamCo estamos ampliando la cantidad de camas y en un edificio que es un centro de día para adultos mayores lo acondicionamos con 8 camas más” afirma Cuesta. Son embargo, “la preocupación más grande que tenemos es el ida y vuelva a Santa Fe, y que llegue oxígeno para la gente que lo necesita. Estamos muy justo con la disponibilidad”.
Por otro lado, recuerda que en el caso de requerir terapia, las de la ciudad “son las ambulancias, y no solo en pandemia, sino por la organización del sistema de salud”. La realidad es que si bien tienen un hospital grande, este es de nivel 2, lo que implica que no tiene terapia intensiva.
También se les presenta como un problema la falta de ambulancias. San Justo y el resto de las ciudades el departamento homónimo funcionan con un sistema de red de ambulancias, pero estas también están trabajando al límite.
Además, recientemente, llegó a Marcelino Escalada una ambulancia con el motor fundido, sin cubiertas y sin camillas. Ahora deben acondicionarla y ponerla un funcionamiento. Sin embargo el intendente asegura que lo ideal sería que llegara una ambulancia lista para actuar.