Aunque resulte inevitable detener el tiempo en la piel, podés hacer cambios y adaptaciones en tu vida diaria. Uno de ellos es a través de la alimentación.
1. El poder del omega-3
Pescado, salmón, atún y caballa son básicos, igual que aceite de pescado y linaza, nueces, semillas de chía, brócoli orgánico, coles de bruselas, soja y tofu. Los ácidos grasos del omega-3 reducen el colesterol y los triglicéridos, y también ayudan a que las células de la piel se vuelvan más resistentes a cualquier factor interno y externo que la dañe.
2. Ricos en carotenoides
Los tomates, pomelo rosado y sandía serán tus aliados. Se trata de nutrientes que sirven para proteger a las células de los peligros de la oxidación. A los carotenoides se les llama el pigmento vegetal que actúa como antioxidante. También produce vitamina A, fundamental para cuidar la piel.
3. Para producir colágeno
Comé frutas cítricas, mangos, col rizada, fresas, kiwi, espinacas y pimientos, incluidos ajíes. Éstos ayudan a lucir un cutis más terso y fresco. El colágeno es la proteína que compone primordialmente a la piel y lo dejamos de producir naturalmente a partir de los 25, por eso es importante aprovechar los alimentos que eleven su abundancia en el cuerpo.
4. Limitá el azúcar
Presente en los alimentos ultraprocesados, incluidos los granos. Si los disminuís de manera gradual verás resultados en tu salud y cutis. El componente de azúcar procesada daña las fibras del colágeno y con el tiempo promueve las arrugas. Al ser adictivo, cualquier persona es susceptible a hincharse e inflamarse.
5. Legumbres y aceite de oliva
Estos ingredientes contienen fitonutrientes, del mismo modo que las verduras. Está demostrado que limitan el daño fotoeléctrico y reducen el envejecimiento de la piel.