“Esto es lo que vinimos a buscar hoy. Queríamos demostrar que podíamos volver, que estamos bien y que cada uno aporta desde lo suyo. El resultado es lo que te permite un partido más, o un partido menos. Lo más importante que me llevo hoy es que enderezamos el camino”. Así comienza la charla Mauro Cosolito, apenas terminado el partido que forzó el quinto juego de las Finales y que ratificó lo importante que fue su presencia.
Después de muchas dudas, y de lo que había anticipado el propio santafesino en la streaming de previa del Juego 4, el capitán de la Fusión ingresó en el primer cuarto, cuando el partido estaba muy reñido y friccionado, y aportó mucho -en el juego y la mentalidad- de Quimsa para torcerle el brazo al peligroso San Lorenzo. “El equipo me necesitaba y merecía que yo esté. Venimos haciendo un esfuerzo gigante. Yo me sentía listo, y quería poner a Seba (González) en un problema, y creo que lo hice. Sentía que tenía que darle una mano al equipo en la personalidad, y hoy volvimos al dominio mental”, continúa Mauro.
El capitán añade que, para él, los jugadores del Ciclón terminaron con más sensaciones de enojo que ellos. “Por ahí en los otros dos partidos ellos hablaban más. El Penka se hizo dueño de las cosas. Y el equipo necesita que yo haga eso para nosotros. Admiro mucho lo del Penka, con cómo lleva los partidos, cómo habla. Compartí equipo con gente de mucho carácter. Jugué todas las categorías y por ahí, al estar acá no me afecta en nada una pelea. Mis amigos van a seguir siendo mis amigos. Pero para ganar uno tiene que matar. Y esto era lo que necesitaba el equipo hoy”, considera.
- Ya que lo mencionás, ¿cuánto influye el haber jugado las tres categorías del básquet argentino en este momento?
- Muchísimo. Me pongo a mirar para atrás y siempre aprendí algo. Justo hoy le comenté a Seba (González) que más allá de lo monetario, yo tengo un sueño. Si bien es un trabajo, juego más por la gloria, quiero ganar, quiero ser campeón. Cuando vine a Quimsa, me encontré con un club muy ordenado. Este año sufrimos muchas cosas, y el que estaba siempre era un compañero del equipo, por eso ellos se merecían que yo esté hoy. Gracias a Dios sumé, con errores, pero el equipo se respalda en eso. Y hoy estamos acá para disputarlo y sacarle un título al merecido cuatro veces campeón de la Liga.
Cosolito, además, hizo referencia a su frase de que iban a forzar el quinto partido: “Es lo que pensaba de verdad, y lo que sabía que iba a pasar. Sin subestimar ni nada, confiaba en mi recuperación, en los kinesiólogos, en cómo íbamos llevando todo, y en que el equipo iba a dar una muestra de carácter, porque lo hicimos todo el año. Podíamos perder, pero si perdíamos, era siendo nosotros”.
Respecto a su lesión, el alero explicó: “Estoy trabajando el codo con arcilla y con kinesiología las 24 horas. Incluso cuando duermo tengo puesto magneto. Cuando se lastiman los ligamentos, se compromete mucho la movilidad, sobre todo en la apertura, y eso no me impide ni la flexión ni la extensión. Los huesos que se fracturaron están cubiertos, entonces la lesión no podía ser mucho mayor a lo que es. El otro día decidimos no jugar porque tenía bastante hinchado y no podía moverlo”.
El gran capitán volvió y le aportó a Quimsa lo que necesitaba. Liderazgo, voz de mando, y calma en los momentos precisos, cuando parecía que el mundo se venía abajo. De esta forma, Cosolito sentenció: “Demostramos que vamos a competir hasta el final, y que para ganarnos nos tienen que matar definitivamente”.