El gran actor Jean Paul Belmondo, uno de los grande íconos del cine francés, murió este lunes 6 de septiembre. Así lo confirmó su abogado.
Belmondo nació en 1933 en Neuilly-sur-Seine en una familia de artistas. Su madre era pintora y su padre escultor, y si bien él comenzó a buscar una carrera como deportista practicando ciclismo, fútbol y boxeo, cuando tuvo dieciséis años sufrió una crisis existencial promovida por un brote de tuberculosis y decidió convertirse en actor. De este modo, tras concluir el liceo ingresó a Conservatorio de Arte Dramático, lugar que marcó un punto importante en su vida.
“Bebel”, tal como lo llamaban sus conocidos, fue una de las máximas figuras francesas de la Nouvelle Vague. Su físico le permitió además convertirse en el héroe de acción de irresistible atractivo físico y humor arrogante. Entre sus grandes películas aparecen: El cerebro, El clan de los marselleses, Pánico en la ciudad, El animal, Yo impongo mi ley a sangre y fuego, El profesional, As de ases, El Marginal o Rufianes y tramposos.
En 1996, Jean-Paul Belmondo se indignó con los distribuidores de las películas, que, según él, descuidaban el cine francés. Tras alejarse del cine, compró el Théâtre des Variétés de París, donde realizó varias obras de teatro.
Debilitado por un derrame cerebral, Jean-Pierre Belmondo dejó de trabajar en 2001, pero seguía siendo un perfecto asistente a los festivales de cine, especialmente los de Cannes y Venecia. En 2016, el festival le otorgó el León de Oro a la trayectoria, por lo que el francés viajó y se mostró feliz ante la decisión.
En 2017 recibió un gran homenaje por parte de la Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia, que entrega anualmente los premios César. En ese momento, el público lo ovacionó de pie y celebró su historia fílmica. Emocionado y junto a su familia, Belmondo agradeció por el reconocimiento de sus pares.