Un mal resultado electoral en las PASO para el oficialismo "podría forzar o incentivar" a una mayor emisión "para financiar más gasto", lo cual puede generar mayores tensiones inflacionarias en lo que resta hasta noviembre, evalúan consultoras y analistas del mercado financiero
Los analistas insisten en que durante la primera mitad del año se dieron factores estacionales que se reflejaron en menores necesidades fiscales, pero aclaran que ello se modificó, por lo que es esperable más presión durante el segundo semestre. Para el Gobierno, será clave enfrentar la aceleración de la expansión monetaria.
En ese escenario, el director ejecutivo de la consultora Equilibra, Martin Rapetti, pronosticó que "un mal resultado electoral en las PASO para el oficialismo podría forzar o incentivar a las autoridades a poner más carne en el asador, emitir más para financiar más gasto y eso puede tensionar todavía un poco más".
Por ello, Rapetti analizó que se "va a vivir unos meses en los que va a haber que estar atentos". Según su perspectiva, el escenario luego de las elecciones será "complejo" y "seguro la política cambiaria va a cambiar".
"La pregunta que nos hacemos hoy es si el Gobierno puede tras las elecciones hacer un ajuste cambiario, un reacomodamiento cambiario, que sea suave" o no tendrá "más remedio que hacer un salto cambiario discreto de pocos días y fuerte". "Esa es la pregunta. Pueden pasar cualquiera de las dos opciones", manifestó el analista en declaraciones radiales.
Además, el directivo de la consultora Equilibra estimó que el Gobierno podrá "manejar el mercado cambiario" porque cuenta con "muchos instrumentos". "Cuando uno tiene una economía que está ´encepada´ y un mercado cambiario reprimido es mucho más fácil controlar la evolución del mercado", argumentó.
En tanto, señaló que las autoridades del Banco Central "pueden endurecer más el cepo en las transacciones financieras, pueden pisar más las exportaciones, pueden recurrir a mecanismos, como elevar las tasas de interés para hacer más atractivo el posicionamiento de los activos en pesos y pueden acelerar un poco el ritmo de depreciación de pesos".
Mientras tanto, el Banco Central siguió con los giros al Tesoro para hacer frente al aumento del gasto y en la primera semana de septiembre ya transfirió unos $60.000 millones. A lo largo del año ya envió un total de $770.000 millones, aunque el mayor ritmo de giros se dio a partir de la segunda mitad del 2021.
Particularmente en julio se comenzó a consolidar una aceleración en términos de las necesidades de pesos cubiertas por la autoridad monetaria.b El último envío de dinero fue concretado el viernes 3 de septiembre en concepto de "Transferencia de utilidades".
El ministro de Economía, Martín Guzmán, remarcó que su intención es no depender de la emisión para obtener financiamiento de eventuales déficits, pero aclaró: "Una cosa es reducir el déficit fiscal y otra cosa es hacer un ajuste del gasto público". Las consultoras económicas calculan que la emisión trepará a $1 billón durante el segundo semestre del año.