Básquet - Súper 20

Miércoles 06 de Octubre de 2021 - 18:17 hs

Andrés Jaime, entre las jóvenes promesas que descollaron en la primera fase

Pasaron los primeros juegos y elegimos a los 10 argentinos U23 que más se destacaron, con conceptos y estadísticas. Además, otros nombres a seguir de cara a la segunda fase que comienza este sábado.

Desde hace décadas, la Liga Nacional se caracteriza por potenciar el talento de los jóvenes que se forman en nuestras canteras. Se trata de un ciclo de renovación constante, en el que los jugadores se desarrollan, evolucionan en la competencia local y logran establecerse como profesionales de primera clase. Algunos de ellos, incluso, llegan a formar parte de la Selección o emigran al exterior para darle paso a los nuevos jóvenes que surgen y empujan desde abajo para ganar rodaje y establecerse en el ámbito local.

Al día de hoy, este ciclo está más vigente que nunca y cuenta con una gran cantidad de exponentes. Esta nueva temporada de la Liga, que comenzó con el Súper 20, ya le dio espacio a muchos jóvenes con gran potencial por desarrollar en los próximos años. A continuación, desde Prensa CAB, nombraremos a los 10 jugadores menores a 23 años que dieron un paso adelante en su formación en estos primeros cinco partidos, y al final, pondremos el foco en otros tantos que se deben seguir de cerca cuando continúe el torneo a partir del sábado 9.



Agustín Barreiro, ala pivote de Gimnasia, 22 años.
El nacido en Cañuelas calzó a la perfección dentro del ADN que conformó Martín Villagrán en el conjunto de Comodoro. Tras su experiencia en la LEB Plata de España, con Zentro Basket, el ex Boca e Hispano volvió a la Liga con mayor determinación, dispuesto a marcar una diferencia en base a su energía y gran altura para su puesto (2m04). Y lo está logrando. Se transformó en un jugador indefendible en el uno contra uno, gracias a la velocidad de su primer paso, con el que deja atrás cualquier defensa. Sumó recursos para finalizar cerca del aro, y se estableció como un rebotero nato. Así lo indican sus números: 12.8 puntos y misma cantidad de recobres por juego (líder de la Liga en este rubro), cuando en su última experiencia en la Liga, con Hispano, marcó 7.4 y 6.3, respectivamente. Sin embargo, aún adeuda la materia triples (11%), faceta que debe mejorar para transformarse en un interno completo.

Federico Elías, escolta de Instituto, 22 años.
En su primer año fuera de la estructura de Bahía Basket, el bahiense logró acomodarse como relevo de la Gloria, uno de los grandes candidatos a quedarse con el Súper 20. Su capacidad de crear juego, tanto para sí mismo como para sus compañeros, resulta fundamental para que la segunda línea del equipo consiga mantener la dinámica que establecen los titulares. Elías supo ser líder y protagonista en Bahía, y aunque debió disminuir su rol en Córdoba, utiliza la experiencia ganada para mantener un rendimiento estable en beneficio del equipo. Así es como se estableció como la tercera pieza goleadora del invicto Instituto, con sus 11.6 puntos por juego, sólo por detrás de Nico Romano y Martín Cuello. Además, el revulsivo guardia de 1m88 recupera 1.6 pelotas, algo esencial en la idea de juego de Lucas Victoriano, quien pondera la primera línea defensiva como clave para establecer el ritmo del partido y superar a sus rivales.



Lautaro Berra, pivote de Obras, 22 años. Tras haber formado parte de la preparación olímpica en Las Vegas, e integrar la Selección Argentina en las dos últimas ventanas FIBA, el nacido en Firmat comenzó una nueva temporada con Obras con el desafío de continuar esa línea ascendente en su evolución como jugador que mantiene desde hace un par de años, cuando pudo dejar atrás una serie de desafortunadas lesiones. Berra es un interno clásico, de buena talla (2m08), con excelente manejo de fundamentos y técnica para jugar de espaldas al aro. Es un especialista en lecturas de pick and roll y tiene una fuerte caída a la pintura, por lo que suele combinarse de forma ideal con los bases de su equipo. Además, es un pilar de la defensa interna, gracias a su gran envergadura, que le permite bloquear gran cantidad de tiros. De hecho, es el segundo máximo taponador del Súper 20, con 1.2 por encuentro. Entre sus números, encontramos que anota 10.0 puntos, baja 3.4 rebotes y sostiene un 61% de efectividad en dobles. Su punto débil son los tiros libres: sólo anotó dos de 11 en lo que va de competencia, un bajísimo 18% que es inadmisible en este nivel.

Luca Valussi, alero de Obras, 22 años.
Junto a Berra, los nuevos comandantes del proyecto del Rockero en la Liga Nacional. Desde que fue reclutado, cuando tenía 16, el chaqueño demostró su potencial en varias oportunidades, pero nunca pudo explotar todas sus virtudes físicas y anotadoras, hasta ahora. El largo proceso de maduración parece estar finalizando para el potente perimetral de 1m98, dueño de una mano prodigiosa (convierte 43% de triple). Así lo indican sus promedios de 13.8 tantos, 6.2 rebotes, 1.8 pases gol y 1.2 robos, que reflejan lo que aporta en la cancha: carácter, entrega y liderazgo. Luca contagia energía, fuerza y voluntad a un equipo joven e inexperto, que necesita un líder vigoroso capaz de destacar en los momentos justos, como hacía Fernando Zurbriggen hasta la temporada pasada. Obras busca suplir la presencia del actual base de Obradoiro con una suma de jóvenes, entre los que ya nombramos a Berra y Valussi, pero podemos sumar a los uruguayos Emiliano Serres y Joaquín Rodríguez, además del peruano Juan Pablo Venegas. Sin embargo, Luca es quien parece reunir las características para ser la voz cantante.

Joaquín Valinotti, base de Peñarol, 22 años.
Relegado al banco tras la llegada de Bruno Sansimoni, el crédito de Las Rosas, Santa Fe, encontró la oportunidad de marcar la diferencia entrando como suplente, lo mismo que le sucedió a su compañero de zaga, Tomás Monacchi, quien no será incluido en esta lista por haber superado los 23 años. Esa dupla dinámica que supo conquistar la Liga de Desarrollo con Peñarol en 2019 hoy se encuentra en su mejor momento compartiendo minutos en la segunda alineación, e incluso cerrando partidos. En el caso de Valinotti, la principal virtud que le entrega al equipo es su velocidad de piernas, intensidad defensiva y cambio de ritmo, que contrarrestan con lo que Sansimoni brinda como titular. El Chule es un base más cerebral, con buena altura y lectura de juego, que ordena a sus compañeros desde su posición. Ambos, con sus respectivos perfiles, equilibran la rotación de Leandro Ramella. Joaquín, en su séptima campaña como miembro del equipo de Liga, mantiene una media de 8.2 puntos, 3.8 recobres, 3.1 asistencias y 0.9 recuperos. Sin embargo, su aporte va mucho más allá de lo estadístico. Valinotti es ese impulso eléctrico que brinda dinámica y vigor a una segunda línea repleta de jóvenes, como Nicolás Franco (21), Ignacio Bednarek (19) o Lucas Gorosterrazú (22), todos ellos campeones en la LDD. Ese núcleo joven forma parte fundamental de este Peñarol que marcha primero de la Sur 1 con marca de 4-1.



Franco Baralle, base de Quimsa, 22 años.
Tras su experiencia con la Selección en las ventanas FIBA, el cordobés continúa con su desarrollo en el elenco santiagueño. Se mantiene como base de relevo, luego de la llegada de Juan Brussino, pero sigue ganando protagonismo en la cancha conduciendo a la Fusión en los minutos clave, incluso cerrando partidos. Baralle evoluciona como base todoterreno, capaz de leer y ejecutar según lo necesite el equipo. Quimsa no tuvo el mejor arranque en el Súper 20 (3-2), pero el cordobés fue fundamental en los tres triunfos frente a Regatas, Comunicaciones y La Unión, así como no mantuvo su nivel en las derrotas ante Oberá y San Martín. Queda claro que su rendimiento es determinante para las aspiraciones del conjunto de Sebastián González, que busca repetir el título logrado el año pasado.

Leandro Cerminato, ala pivote de San Lorenzo, 23 años.
Tras varias temporadas en las sombras de los enormes talentos que contrataba el Ciclón, llegó la hora de brillar para el formado en AFALP, quien finalmente obtuvo el protagonismo que su talento merecía. Cerminato, un alero veloz de 2m02, con buena mano y juego de poste bajo, finalmente está sacando a relucir sus capacidades, y lo está haciendo de forma espectacular. Contraataques en velocidad, fundamentos de pies debajo del aro, volcadas, defensa interna y mucho más. En estos cinco juegos, de los cuales San Lorenzo ganó dos, promedia 12.2 unidades, 7.2 rebotes, 1.8 tapones (líder en la Liga), 1.4 asistencias y 1.1 robos en media hora de juego. Una labor completísima plasmada en números. Su única deuda hasta ahora es el triple (14%), herramienta que usaba con frecuencia cuando tenía menos minutos en cancha. Aun así, lo del nacido en El Palomar es realmente destacable. Se espera que esta sea su temporada de quiebre, y así lo está demostrando, forjándose más como interno sin depender tanto del tiro a distancia.



Matías Solanas, escolta de San Martín, 22 años.
Viene de un año de despegue, en el que alcanzó la Selección Argentina en las últimas ventanas FIBA, y mantiene su evolución. El correntino es la principal vía de gol de su equipo, con 12.8 puntos de media en 23 minutos. Su arsenal ofensivo es ilimitado: puede atacar a balón parado o dirigiendo el contraataque, y es capaz de castigar a cualquier distancia sin importar quien lo marque. Es especialmente bueno con la pelota en sus manos y su principal arma para desequilibrar una defensa es su drible y los múltiples gestos técnicos que domina para generarse espacio y penetrar o tirar a pie firme. Cuando está encendido, resulta impredecible y puede ser uno de los jugadores más difíciles para defender en la Liga. Todavía le falta hacerlo con constancia, pero su potencial no tiene techo.

Andrés Jaime, base de Unión, 21 años.
En su primera experiencia en la máxima categoría del básquet argentino, el santafesino está ratificando todo el talento que supo revelar en la Liga Argentina. Jaime es un base moderno, con grandes condiciones físicas y capacidades para direccionar los ataques de su equipo, además de una buena mano que lo convierte en un jugador peligroso cuando entra en racha. No sólo es una amenaza a distancia, también puede resolver cerca del aro o generar juego para sus compañeros, la virtud que más ha destacado en estos primeros cinco compromisos en la Liga. Sus números muestran la completa labor que ejerce en el Tatengue: 10.8 tantos, 4.5 recobres, 5.0 asistencias (cuarto en la tabla general) y 1.6 recuperos en 27 minutos. A medida que ajuste su juego a la categoría, no hay dudas en que estos números subirán aún más.



Agustín Pérez Tapia, escolta de San Lorenzo, 22 años.
Una de las gratas sorpresas de la 20/21 llegó a Boedo para reforzar a un plantel repleto de jóvenes. El neuquino es un obrero que sabe cómo se construye un equipo desde abajo, sin grandes recursos económicos, pero con voluntad, esfuerzo y determinación, algo que le tocó atravesar en Argentino. Agustín goza de piernas fuertes que le permiten correr la cancha y defender la primera línea con fiereza. Tiene el aro entre ceja y ceja y encuentra con facilidad el punto débil de la defensa rival. Además, posee madurez y temperamento para tomar decisiones incluso en los momentos determinantes y Contagia convicción e intensidad a sus compañeros. En la primera fase, acumuló 11.6 tantos, 2.0 rebotes y 1.2 pasas gol. También tendrá que trabajar el tiro a distancia, en el cual ostenta un 23%.

Otros nombres que hay que tener en cuenta de cara a la segunda fase son los de Máximo Araujo, escolta titular de Atenas con apenas 19 años, Tomás Spano (22) intenso armador de Ferro de buena visión de cancha, Ramiro Stehli (19), alero de gran manejo de balón de Gimnasia, Gastón Bertona (20), base picante de Unión, Juan De La Fuente (20), potente alero de Olímpico, quien está encontrando regularidad entrando como relevo, Franco Méndez (19), escolta de San Martín, dueño de un olfato goleador distintivo, Juan Cruz Tulián (21), atlético y versátil alero de Instituto, Facundo Rutenberg (20), escolta de gran vocación ofensiva, con varios años de formación en San Lorenzo, y los dos internos suplentes de Peñarol, Bednarek (19) y Franco (21). El primero se destaca más por sus cualidades físicas mientras que el segundo lo hace desde su inteligencia y fundamentos. Todos estos talentos muestran proyección y merecen ser observados de cerca.
 

Fuente: LNB