Por estas horas, Facundo Farías es uno de los nombres que más fuerte suena en Boca. El joven atacante de Colón brilla en el equipo de Eduardo Domínguez y es pretendido por Juan Román Riquelme y compañía.
Aunque él mismo reconoció en una entrevista con TyC Sports que se siente "más enganche" por haber jugado en inferiores detrás del 9, actualmente se desempeña como mediapunta y es derecho. Por su guapeza y el potrero que lleva en su sangre, se identifica con aquel Carlos Tevez de principios de los 2000 y tiene como ídolo a Diego Armando Maradona, a quien lleva tatuado en su gemelo derecho. También mira a Ángel Correa y Thiago Almada.
Si bien La Joya, como lo apodan en el Sabalero, vive un momento muy bueno, e incluso muchos ya se animan a augurarle un gran futuro en el fútbol de Europa, su vida no siempre fue así. Más bien, todo lo contrario. En los apenas 19 años de vida que tiene, ha tenido que atravesar momento muy duros.
La dura historia de vida de Facundo Farías, la joya de Colón que quiere Boca
Farías creció en el seno de una familia humilde y comenzó su carrera como futbolista en el Corinthians de Santa Fe, club de barrio que hoy ya no existe. Durante su paso por esta institución, se hizo muy cercano a Darío Duarte, uno de sus entrenadores. Tiempo después, la vida los uniría fuertemente a ambos a través del dolor: el DT perdería a su hijo de 18 años y Farías, con apenas 10 años, sufriría la muerte por cáncer de su madre.
Si bien Facundo pasaba mucho tiempo con su abuela Elena, Mónica, como se llamaba la joven mamá de 26 años, era uno de los sostenes de su vida. Ella, entre otras cosas, era quien lo llevaba y lo iba a buscar a cada entrenamiento.
Cuando Corinthians se disolvió, varios técnicos que trabajaban allí se fueron a Unión y quisieron llevarse consigo a Farías. Sin embargo, el amor del joven por Colón fue más fuerte y se negó a ir. Finalmente, Duarte fue para el Sabalero y con él llegó La Joya.
El 2 de noviembre de 2019, con 17 años, el atacante debutó en Primera División, en el encuentro ante Atlético Tucumán, por la Superliga 2019/2020. Aquella jornada, entró desde el banco de suplentes en el segundo tiempo y no pudo hacer nada para evitar la derrota de su equipo por 2-0.
Tres meses después, en febrero de 2020, firmó su primer contrato profesional con el conjunto de Santa Fe. Justo antes del comienzo de una pandemia que lo haría sufrir otras dos pérdidas: en mayo de 2021, su padre, paciente de riesgo por ser alcohólico y tener cirrosis, murió de Covid-19; poco tiempo después, su abuela Elena también fue víctima del virus.
"Lamentablemente, por distintas circunstancias, está solo en la vida. Los jugadores más grandes tratamos de cuidarlo mucho. Eduardo Domínguez le está muy encima y el plantel también se mantiene muy cerca de él. Es la joyita que tiene Colón, un futbolista que tiene mucho futuro y al que todos le vemos proyección. Tiene que estar tranquilo, seguir aprendiendo y creciendo como lo viene haciendo. Acá lo más importante es la humildad", dijo el Pulga Rodríguez hace un tiempo, cuando todavía era futbolista de Colón.