Eran las 12.30 del mediodía cuándo un hombre ingresó a la heladería ubicada en la esquina de 4 de enero y Boulevard, y se hizo pasar por un cliente. Una vez adentro se acercó al mostrador, amenazó a la empleada, se llevó parte de la recaudación y una moto nueva que hace poco había sido adquirida.
"Yo llegué y me encontré con la policía acá adentro, y a mi compañera llorando y hablando con mis patrones" relata uno de los empleados del turno tarde de la heladería ubicada en pleno Boulevard.
Además el empleado explicó que "nosotros no podemos trabajar con las puertas cerradas, somos una heladería. Trabajamos con miedo porque ya no sabemos cuándo pueden venir, no tienen horarios" lamentó el joven.